martes, 2 de octubre de 2012

De por qué nueve de cada diez delitos no se denuncian



De por qué nueve de cada diez delitos no se denuncian

Carlos Puig

El viernes pasado en la noche, a mi amiga Carla, productora de radio, le vaciaron su automóvil en Tlalpan. Un cristalazo. Una computadora, el iPod, un disco duro portátil, en fin.
 
Desde ese momento Carla ha utilizado su cuenta en redes sociales para ir contando a lo que se ha enfrentado queriendo hacer todo por las buenas.
 
Esa misma noche se fue al Ministerio Público a levantar su denuncia —no sin antes intentar hacerlo por internet, cosa que fue imposible—, el trámite en la delegación tardó más de tres horas e incluyó, como en película mala, al personal del Ministerio Público fumando en la oficina, echando una botanita nocturna y pidiendo que todo se le repitiera cuatro veces. Esa noche no sucedió nada.


Al día siguiente Carla hizo dos cosas: por Twitter contactó al Centro de Atención a Emergencias y Protección Ciudadana de la Ciudad de México, quien le confirmó que en la esquina del robo había una de las miles de cámaras que instaló Marcelo Ebrard.


Luego, Carla utilizó una aplicación de Apple que le permitió localizar uno de los objetos robados. Con dirección exacta en la Ciudad de México y nada lejos de donde había sido el robo. Es más, en una irresponsabilidad fue a la dirección para ver la casa.


El sábado se fue a la delegación donde le informó al MP y a los agentes de la PGJDF de las dos cosas que había descubierto. Que había un video y que ella sabía la dirección de uno de sus objetos robados.
Tomaron nota pero le advirtieron que tendría que regresar el lunes entre las 9 y las 3 de la tarde para pedir el video formalmente y dar la información de la dirección.


Le advirtieron que lo del video podría tardar entre tres y 15 días, y que si de casualidad no tenía el número de departamento exacto donde estaba su propiedad.


Para ayer lunes, según informó Carla en Twitter, su denuncia ya se había pasado al área de investigación, donde hoy martes le asignarán un número con el que entonces se podrá solicitar el video —que recordemos, podrá tardar 15 días en llegar.


Con el video y la información de Carla se podría solicitar una orden de cateo, aunque la recomendación que le hicieron, para acelerar las cosas, fue que mejor se fuera con una patrulla frente al domicilio en el que localizó su iPod y entonces ahí vean quién sale del domicilio y lo “reconozca” aunque no lo reconozca.


Carla, que como buena productora, es muy necia, seguirá por días y semanas encima del MP y tal vez hasta logra recuperar algo de lo robado. Eso espero. Lo dudo. La verdad es que en el MP les vale gorro.
Hoy Carla sabe, por ejemplo, que en esa misma esquina desde hace mucho tiempo, los cristalazos son comunes. Y nadie ha hecho nada.


En Twitter el relato de Carla ha causado decenas y decenas de relatos más en tono de “a mí me pasó lo mismo”.


El principal delito en el país es el robo.


La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2012, del INEGI, señala que la cifra negra, los delitos no denunciados, es de 91 por ciento.


Esa cifra no va a cambiar mientras que poner una denuncia no signifique ser victimizado una vez más.

 

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