lunes, 10 de septiembre de 2012

Una nueva izquierda...

Enrique Aranda

Aunque tarde, en relación al calendario inicialmente pactado,  partidos y actores integrantes del movimiento que entregó a Andrés Manuel López Obrador la candidatura presidencial acabaron fracturándose… en una operación que, a fuerza de ser sinceros, acabará beneficiando a las izquierdas en general, especialmente a la que mejor entiende la dinámica democrática, menos radical, sí, pero más ideologizada, afín y promotora de la Cultura de la Muerte tan en boga.

Por ello, precisamente, fue que si alguien ayer respiró satisfecho y comenzó a ver su futuro político con mejor perspectiva, cuando el tabasqueño anunció, en el Zócalo capitalino, que dejaba los partidos de la Revolución Democrática (PRD) y del Trabajo (PT) para abocarse a construir una nueva fuerza política, con base en la estructura de su Morena, éste no fue otro que el aún hoy jefe de gobierno capitalino, Marcelo Ebrard y, con él, los perredistas agrupados en torno a Jesús Los Chuchos Zambrano y Ortega, o los mercenarios leales a René El Señor de las Ligas Bejarano, por sólo mencionar a los principales.
También lo hicieron otros: los que ganaron importantes posiciones el pasado primero de julio. Los diputados federales y senadores y, más, los gobernadores que con el retiro de su dos veces derrotado aspirante presidencial, vieron abrirse las puertas del diálogo y la negociación con el Partido Revolucionario Institucional, al que muchos de ellos pertenecieron, y la cancelación del riesgo de que las acciones de aquél acabaran afectando su correspondiente carrera políticas.
A nadie, pues, sorprendió el anuncio que hizo ayer López Obrador ante miles de los suyos que atestaron el Zócalo y, a mano levantada, aprobaron cuanta propuesta escucharon. El asunto estaba acordado desde cuando el PRD, el PT y MC decidieron que fuera él quien encabezara la búsqueda de la Presidencia en los pasados comicios y, de manera mucho más clara, tras comprobarse el tamaño del triunfo obtenido el primero de julio y, obviamente, asumirse la decisión de no poner en riesgo lo conseguido por seguir o salvar a quien, otra vez, exigía ganar en la calle lo que, en opinión de la autoridad correspondiente, no obtuvo en las urnas.
Tarde, entonces, pero acabaron fracturándose. Como se esperaba, como se pactó en su momento…

Asteriscos
* Concluido ya el periodo de registro de candidatos, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) se apresta a elegir a quien, en la presidencia, sustituirá al interino Alberto Espinosa. Lo hará entre Juan Pablo Castañón, de Los Mochis, y Patricia Terrazas, de Ciudad Cuauhtémoc, a quien no pocos recuerdan por el triste papel de “incondicional auditora” de los problemas contables —defraudación, para ser claros—, cumplido durante la gestión de Ricardo González Sada, cuyas consecuencia$$$ siguen pagándose... Veremos quién gana: si la buena memoria o la mala administración.

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