lunes, 10 de septiembre de 2012

Una caladita a Peña Nieto



Jorge Díaz Elizondo


Es prácticamente inútil pedirle a Felipe Calderón, que al final de su mandato ponga orden con la ley en la mano, por lo sucedido la semana pasada en el municipio mexiquense de Nezahualcóyotl. Los vecinos de esa entidad, los medios de comunicación y las redes sociales, protagonizaron una psicosis que desembocó en toda clase de especulaciones.

El priista grupo de los antorchistas, no escatimó al acusar a grupos perredistas de estar detrás de todo esto. Por su parte, los perredistas negaron todo, acusando al antagónico grupo de “Antorcha Campesina”, de provocar los sucesos. Hubo más versiones, que si el narco, la delincuencia organizada, etc.


No obstante, la verdad aun no se conoce (al momento de escribir esta columna), por lo que el sabor que dejan los eventos antes mencionados hasta hoy, es que todo podría estarse resumiendo como una “caladita” por parte de cualquier grupo de poder al flamante presidente electo, Enrique Peña Nieto, con el objeto ya sea, de ganar espacios  o bien, de mantener privilegios.

De confirmarse que fue el grupo de Antorcha Campesina quien está alentando este tipo de pánico entre la población, podría especularse que están enviando el mensaje a Peña Nieto, que el apoyo a su candidatura no fue gratuito y que la factura ha de pagarse puntualmente a sus líderes.

De haber sido los grupos perredistas quienes provocaron los vergonzosos sucesos, se puede asumir que la amenaza al próximo presidente es la de no dejar descansar las entidades de extracto priista en su natal Estado de México, con la finalidad de ejercer presión y conseguir cualquier suerte de privilegios a cambio de una paz negociada.

Por supuesto, estarán muchos más escenarios hipotéticos que podrían incluir un ajuste de cuentas con el actual gobernador mexiquense Eruviel Ávila; y otros escenarios más, mismos que serán motivo para otras columnas.

Por lo pronto e independientemente de quién esté detrás de lo ocurrido, ya está en la mesa una de las primeras pruebas al presidente que tomará las riendas del gobierno federal el 1 de Diciembre; de la eficacia con la que trate el asunto, dependerá mucho la tranquilidad que se viva en las zonas del Distrito Federal y Estado de México.

Dadas las posibles reacciones de Enrique Peña Nieto ante el conflicto, es preciso recordar aquella ocasión en que el presidente Miguel Alemán recién había llegado a la presidencia y tuvo que hacerle frente al conflicto político provocado por los miembros del sindicato de trabajadores de PEMEX, respondiendo con fuerza física contra los revoltosos, que al verse sometidos, en voz de sus líderes le comentaron al presidente: “Pero si nada más lo estábamos calando, señor presidente…” a lo que el presidente Miguel Alemán contestó de bote pronto: “¡Pues ya me calaron hijos de la chingada…!”

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