miércoles, 28 de septiembre de 2011

Wall Street vuelve a las pérdidas: el Dow Jones cede un 1,61% pero salva los 11.000

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Wall Street se deshizo totalmente de las ganancias que registró durante la primera mitad de la jornada y finalmente el Dow Jones de Industriales cerró con un descenso del 1,61% mientras se sigue con cautela la situación de la zona euro. De este modo, el selectivo restó 179,79 puntos para terminar en 11.010,9 unidades, al tiempo que el selectivo S&P 500 perdió el 2,07%. Por su parte, el tecnológico Nasdaq descendió el 2,17%.

Hugo Chávez cancela el “Patria o Muerte”

El mandatario ayer en Caracas durante una reunión ministerial.

La vieja consigna, impuesta por el mandatario venezolano al ejército, el gabinete y su partido, ha sido reemplazada tras el cáncer

My new look” (mi nuevo aspecto), bromeó el presidente venezolano Hugo Chávez al presentarse una vez más en cadena de televisión ayer: cabello rapado, lentes para poder leer, impecable traje civil en lugar de su chaqueta verde-oliva sobre camisa roja.

Dirigió un consejo de ministros, también formalmente trajeados y encorbatados, a todos los cuales pidió cuidar la salud personal y les anunció que viaja a una nueva sesión de quimioterapia en Cuba.

Sólo preventiva, siguiendo consejos, según dijo, pues ya se le extirpó el tumor canceroso, “del tamaño de una pelota de béisbol”, en algún lugar de su cuerpo que se niega obstinadamente a revelar.

El 30 de junio Chávez admitió públicamente haber sido alcanzado por un cáncer, que le llevó dos veces al quirófano en La Habana, y cerró ese discurso con la afirmación de que “me consumiré gustosamente, al servicio del pueblo sufriente”, pero luego hizo a un lado sus llamados a desafiar frontalmente a la muerte y a ofrendar la vida en defensa de la revolución, de la patria socialista o contra el imperialismo.

Hace varios años impuso a la Fuerza Armada, a su Partido Socialista Unido y a sus segundos en el gobierno la consigna “Patria, Socialismo o Muerte”, que después de pintada muchas veces en cuarteles, murales y documentos redactó mejor como “Patria Socialista o Muerte”.

En las últimas semanas la despojó del mal agüero de la “muerte”.

“Independencia, Patria Socialista y Victoria. ¡Viviremos y venceremos!” es la nueva consigna que acuñó en medio de fastos los últimos días de julio por su cumpleaños número 57 y el bicentenario de la independencia de Venezuela.

“¿Quién quiere morirse? Como para la inmensa mayoría de la gente, morirse no aparecía entre los planes del presidente, pero un político como él le saca provecho a la enfermedad”, observó a este diario el analista político Fausto Masó.

La enfermedad del presidente, su manejo reservado (ningún médico ha dado parte alguno) y al mismo tiempo muy público (el mandatario habla de ella en cadenas de radio y tv, en medio de actos oficiales, se organizan mítines y misas a favor de su salud) ha dado lugar a todo tipo de consejas, interpretaciones y rumores.

Éstos últimos van desde quienes dicen tener información de primera mano acerca de la irreversible gravedad del mandatario hasta de quienes lo acusan de fingirse enfermo para concitar solidaridad y recuperar la popularidad perdida.

Según varias encuestas, la aceptación popular de Chávez ronda 50%, 20 puntos menos que en su mejor momento en 2006, y la intención de voto a su favor, para reelegirse en 2012, apenas roza 40%, casi alcanzado por algún candidato de la oposición unida.

Pero un drama que los seguidores de Chávez admiten en privado es la falta de un sucesor o sucesores en el liderazgo de la “revolución bolivariana”.

Chávez rehusó entregar temporalmente su cargo al vicepresidente ejecutivo (designado, no electo) Elías Jaua, mientras cobran algún protagonismo el diputado Diosdado Cabello, quien fue su mano derecha hace algunos años, su hermano Adán Chávez (quien militó en grupos radicales marxistas) y hasta su hija Rosa Virginia Chávez.

Por eso el mandatario repite, para no dejar dudas, que será candidato en 2012, gobernará el sexenio 2013-2019 y se mantendrá en el poder quizá 20 años más.

Y no ha dejado de asestar nuevos golpes a la iniciativa privada, como un decreto-ley de Costos y Precios Justos, que se propone meter en cintura a productores, importadores y comerciantes.

Pero en paralelo envía otras señales. El día de su cumpleaños salió al balcón del palacio de gobierno a saludar a sus seguidores luciendo una camisa amarillo intenso.

“¿Por qué tenemos que andar todo el tiempo de camisas rojas?”, se preguntó.

“Esa gente que anda hasta con ropa interior roja pudiera ser sospechoso. Lo mismo pasa con la palabra socialismo, de la que se ha abusado mucho. Hay gente que quiere ser más papista que el Papa, más marxistas que Marx.

Tenemos que revisar nuestras apreciaciones, no podemos regalarle la clase media a la burguesía”, aseveró.

“Yo ando cambiando radicalmente mi vida, estoy comenzando una nueva vida, en verdad os digo”, aseguró. Pero la enfermedad no se traduce, al menos por ahora, en un cambio de política, pues sigue el lenguaje frontal y duro para el combate entre el “chavismo” y la oposición reunida en la Mesa de Unidad Democrática.

El 62% de los encuestados en julio por la firma Hinterlaces opinó que el oficialismo perderá en 2012 si Chávez no es candidato. A su vez, líderes opositores expresan deseos de que Chávez se recupere y sea candidato, pues sin ese contendiente al frente difícilmente sus adversarios podrán reunirse alrededor de una candidatura presidencial unitaria.

Walter Mercado vuelve a predecir muerte de Chávez.

El astrólogo más famoso del mundo hispano volvió el domingo a decir en declaraciones a la prensa que “la muerte de Hugo Chávez el presidente de Venezuela está cerca”.Walter Mercado insistió una vez más en que Chávez morirá súbitamente a causa de una extraña enfermedad en la cabeza, esto no tardará, según el astrólogo ha realizado varios análisis a la carta astral de Chávez y a consultado a otros colegas pero la conclusión es siempre la misma, Hugo Chávez morirá pronto. Mercado explicó que actualmente ya la enfermedad está en desarrollo, Chávez debe sentir repentinos dolores de cabeza que también se producen en el páncreas (es una realidad que actualmente a Chávez le hacen pruebas de sangre semanales y la cantidad de medicamentos que toma no es normal), conforme avance la enfermedad los médicos creerán que es un cáncer o un tumor cerebral pero estarán equivocados, esta enfermedad no será cáncer, será una llaga maligna que no se a visto, es una enfermedad terrible que le producirá una muerte espantosa. Para Walter Mercado esto es un castigo del universo contra Chávez, por haber sembrado tanto odio y división entre la gente, por practicar tanta violencia y sobre todo por jugar con la religión y las cosas sagradas y usarlas para manipular al pueblo con propósitos políticos.

Hugo Chávez, en presunto estado crítico por cáncer de próstata

El supuesto deterioro de salud del mandatario venezolano ha generado serias dudas sobre lo que podría pasar en Venezuela si el presidente se ve obligado a separarse de su cargo y más aun porque no ha nombrado un sucesor

por Carmen Rodríguez

Hugo Chávez podría estar al borde de la muerte, así lo aseguró el periódico cubano americano El Nuevo Herald. Según el diario las fuentes de inteligencia estadounidenses, que hablaron bajo condición de anonimato, dijeron que Chávez se encuentra internado en un hospital de La Habana y su pronostico es "cuadro clínico crítico".

Informes del Gobierno venezolano, explicaron que el presidente Chávez fue operado de un absceso pélvico el 10 de junio en La Habana, al presentar quebrantos de salud en una visita oficial que realizaba a la isla. Desde entonces se rumora que se estado de salud ha sido delicado y estos rumores crecen porque el mandatario se ha caracterizado por ser una figura mediática y además la ausencia de informes médicos ha sido muy notoria.
El Nuevo Herald asegura que las fuentes que han proporcionado la información dicen que Chávez se encuentra en un "estado crítico, no grave pero complicado" y que en realidad el padecimiento se debe a un cáncer de próstata, el cual estaba siendo tratado.
La hipótesis de que el presidente venezolano se encuentra muy mal de salud se acrecientan porque sus apariciones en público han sido muy limitadas desde que llegó a La Habana y porque aún su Gobierno no determina la fecha de su llegada. Pero además la salida misteriosa de la hija de Chávez en compañía de su madre, Rosinés y Marisabel , en un avión de la Fuerza Armada venezolana con destino a Cuba, hacen más notorios los rumores.
El supuesto deterioro de salud de Chávez ha generado serias dudas sobre lo que podría pasar en Venezuela, si el presidente se ve obligado a separarse de su cargo, ante la existencia de distintas fracciones dentro del chavismo que están enfrentadas y además el hecho de que Chávez nunca ha nombrado a un sucesor.

Hugo Chávez agoniza , médicos le dan solo 6 meses de vida

tres opresores, tres dictadores
Tegucigalpa.- El dictador venezolano, Hugo Chávez, fue intervenido quirurgicamente de emergencia en la Habana, Cuba, el 10 de junio de un "acceso pélvico", su estado es delicado por no decir términal.

"Extirpación próstatica,afectado en el riñón izquierdo, metástasis pelviana de grave pronóstico, Sarcoma de Kaposi intestinal. Encima una bacteria que aun no se tienen datos, personas allegadas dicen que tiene un cáncer estomacal, de acuerdo a la parte médica, un cáncer estomacal puede ser muy letal aun cuando le hagan radio o quimio terápia las posibilidades de vida son mínimos, tan solo de 6 meses como máximo"


El Resultado de biopsia post-operatoría fue terrible. Se planificó el viaje a Cuba para hacer PET scan en el CEMIC (querían evitar traslado en Caracas a uno de los dos centros privados que tienen PET scans operativos) y determinar si había metástasis.

Para distraer la atención de la enfermedad, y contra la opinión de los médicos, se programó viajes relampago a Quito y Brasilia.

Llegando a Cuba le subió la fiebre y lo llevaron directo a CEMIC. Al llegar detectaron una infección inguinal severa post operatoria.

Los médicos lograrón controlar la infección, pero los resultados del PET scan son poco alentadores al verse actividad celular anormal en los huesos.

Se determina que hay que tratar con radioterapia y se fijan sesiones diarias por 25 días, descanso de 10 días y otras 25 sesiones.

Hay mucha preocupación medica por el tema oseo y no se decide aun como tratarlo. Especialistas de Alemania, Rusia y España han visitado el CEMIC.

No hay hasta ahora una manera de anunciar esto, pero en declaraciones del canciller Nicolas Maduro deja ver la gravedad del caso, el estado anímico de Chávez ha sido terrible; es fatalista y cree que esto se lo “hizo” alguien. No recomiendan que tome sus medicinas para la depresión mientras esta en radioterapia.

Hay posiciones encontradas sobre el misterio que envuelve esté caso, parte de la familia dice que la gente no es tonta” y sabe que algo esta MUY mal; la otra parte de la familia considera que si se sabe que esto es mucho mas grave o el presidente podría estar incapacitado por meses se desataría una guerra dentro del chavismo que ningún miembro de la familia sobrevivirá.

Es de agregar que según fuentes, Chávez sería el reemplazo de Fidel Castro al morir este, pero al parecer se le adelantará el pupilo, o en el mejor de los casos se irán juntos, después de su partida todo lo que han hecho sus maldades y pillerías se vendrán abajo como una casa de naipes, ¿Qué harán los presidentes corruptos que no sospechaban esto y que se tirarón al pueblo encima por creer que llegarían a alcanzar una meta que ahora se desvanece?

¿o para aquellos que abusando del poder han hecho lo que les ha venido en gana, como el presidente Lobo y Zelaya? yo a esto lo llamo un castigo divino para los tres, incluye a Hugo Chávez, no será lo que desearón, lo malo es que ya se dieron a conocer, se sabe lo que son, deberían de ver para donde se van, porque..... Lo mismo va con Joche Insulza, que se queda silvando en la loma, viejo mediocre.....

Manuel Zelaya se olvida del padre nuestro xvid

Cae banda de Los Zetas en Argentina con 59 kilos de cocaína


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Mensaje. Trabajo trasnacional

La Dirección de Investigaciones de Necochea y La Plata, de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, desbarató una organización internacional conformada por narcotraficantes mexicanos, colombianos y argentinos. En el Operativo Lisboa incautaron 50 kilos de cocaína líquida que estaba lista para ser exportada a Europa.

Según informó la cadena de televisión argentina C5N, la organización estaba compuesta por un narcotraficante colombiano que es miembro de la banda narco llamada Oficina de Envigado, así como por uno de los líderes del cártel mexicano de Los Zetas.

De acuerdo con las primeras informaciones, habían montado un centro de distribución en el centro de la ciudad de La Plata. Traficaban cocaína en gel terapeútico y la exportaban a Europa. En el procedimiento, secuestraron 50 kilos de cocaína líquida y más de 600 potes con la misma sustancia.

En el local comercial, en pleno centro de la ciudad, comercializaban todo tipo de productos terapeúticos. Aparentemente, el comercio era una fachada que utilizaban para camuflar la droga que después enviaban a Europa.

Los Zetas nacieron como un grupo de soldados mexicanos de élite retirados que ofrecían sus servicios como sicarios al cártel del Golfo, también mexicano. Con el correr de los años fueron creciendo, en número de integrantes y poder, hasta que se escindieron. La división supuso el comienzo de una sanguinaria lucha por el control del tráfico de droga en varias zonas de México que, incluso, se trasladó a otras regiones de América Latina.

Se trata de la banda criminal mexicana con mayor dominio territorial en su país. Controla los estados mexicanos de Jalisco, Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Tabasco, Veracruz, Tamaulipas, Nuevo León, la mitad de Chihuahua, parte de Chiapas y San Luis Potosí, y diversas localidades de Durango, Oaxaca y Zacatecas. Además, tiene grupos radicados en Costa Rica, Guatemala y nexos con los grupos armados de Colombia.

Entrevista con Javier Valdez Cárdenas “¿Quién compite contra el narco? Nada ni nadie”

“Ni los mejores textos, ni la mejor prosa, ni los mejores trabajos periodísticos alcanzan a contar este infierno”, asegura el fundador del semanario Ríodoce en esta conversación sobre los jóvenes del narco y la situación del periodismo.

Durante una protesta en Guadalajara, el seis de abril pasado, una mujer sostiene una figura de cartón en representación de un joven asesinado por el n
Durante una protesta en Guadalajara, el seis de abril pasado, una mujer sostiene una figura de cartón en representación de un joven asesinado por el n Foto: Alejandro Acosta/ Reuters

Uno de los fenómenos sociales más inquietantes que han traído el narcotráfico, el crimen organizado, la pobreza y las malas políticas gubernamentales, es la creciente integración de niños y jóvenes a las bandas delictivas, ya sea como halcones o como asesinos.

La carencia de perspectivas sociales, económicas, educativas y culturales, así como la efímera sensación de poder, riqueza e impunidad, se han convertido en un abonado terreno donde florecen las tendencias delincuenciales entre los infantes y los adolescentes, fomentadas y aprovechadas por grupos criminales. En su reciente libro Los morros del narco. Historias reales de niños y jóvenes en el narcotráfico mexicano (México, Aguilar, 2011), Javier Valdez Cárdenas reúne crónicas sobre el tema, además de abordar el periodismo en tiempos y regiones del narcotráfico. El autor es columnista, fundador y coordinador de la zona norte de Ríodoce, semanario sinaloense recientemente galardonado con el premio de periodismo María Moors Cabot que otorga la Universidad de Columbia. Con él conversó M Semanal.

AR: Tras tus libros Miss Narco y Malayerba, ¿por qué ahora este sobre los morros?

JVC: Carlos Monsiváis fue una especie de padrino de Ríodoce, el semanario para el que yo trabajo; amigos mutuos nos conectaron y lo invitamos a que diera conferencias en Culiacán en nuestro primer aniversario. Después de eso empezó una gran relación. Yo lo visité para entregarle uno de mis libros, y él me dijo que estaba preocupado por el narco y la violencia contra periodistas. También me dijo: “Deberías escribir de los niños, los jóvenes y el narcotráfico”. Ya estaba él enfermo cuando lo visité en su casa. Salí de allí pensando más en sus padecimientos que en el tema. Pero yo ya tenía mucho material sobre esto, historias manejadas como crónicas muy breves que había publicado en mi columna “Malayerba”, en Ríodoce, y con el tiempo me fue rondando la idea, y allí estuve, rumiándola, hasta que llegó el momento en que tenía que definir qué material iba a entregar a la editorial. Entonces decidí que el libro sería de niños y jóvenes en el narcotráfico.

AR: ¿Cuáles son las condiciones generales que hacen que niños y jóvenes se integren a las bandas? Lo digo porque en tus historias hay casos en los que no se trata de pobreza.

JVC: Hay que partir de algo muy importante: el narco es un fenómeno social, una forma de vida, no es un fenómeno policiaco. Nos involucra a todos, nos salpica, nos inunda, nos atañe, nos contamina. El narco impone, incluso, dinámicas de convivencia; es omnipresente, omnipotente, es muy atractivo y seductor. Nada compite contra el narco. En muchas regiones está en todos lados. No hay competencia para él: no hay Iglesia ni gobierno, no hay medios de comunicación ni organismos ciudadanos, no hay empresarios, no hay nada. Es como decían en las películas del Oeste: “Me rindo, estoy rodeado”. Frente al hecho de que el narco que te atropella todos los días es difícil hacerse a un lado. Lo otro es la miseria, la pobreza, la marginación, la falta de oportunidades que afecta a niños y a jóvenes. Todo este escenario de rechazados de las escuelas profesionales, de niños sin padres, con casa pero sin hogar, que no son amados ni queridos, que no tienen asideros, es un coctel explosivo. Yo creo que los niños están siendo educados en un proceso violento. Ellos asumen los homicidios como muertes naturales, lo que hace que muchos no sólo le entren al crimen organizado sino que lo vean con simpatía, porque es seductor por el poder, el ejercicio del dinero, las mujeres, las armas y la impunidad; saben que un chavo que vende drogas, que mandó matar a alguien y que corrompe, no es detenido por la policía sino que, al contrario, ésta va y cobra por la protección. Éstos me parece gravísimo, pero es el resultado de este proceso en que nos envolvió el crimen organizado y también las acciones del gobierno.

"En cuanto hay un operativo contra el narco, cerca de 70 por ciento de las actividades económicas bajan, así como el flujo de dinero en esa zona
"En cuanto hay un operativo contra el narco, cerca de 70 por ciento de las actividades económicas bajan, así como el flujo de dinero en esa zona Foto: Roberto Bernal
AR: Recoges una declaración del cantante Alfredito Olivas, quien dice que el narco nunca se va a acabar porque es la mayor fuente de empleo.

JVC: Sí. Imagínate en Culiacán —o prácticamente en cualquier ciudad del país—, en cuanto hay un operativo muy fuerte contra el narco, te aseguro que cerca de 70 por ciento de las actividades económicas bajan, así como el flujo de dinero, porque son economías ya manchadas. En esa misma medida disminuye la clientela en restaurantes, bares, tables, al cine, las ventas en el supermercado e incluso la venta de vehículos nuevos. Son economías sostenidas por el narcotráfico.

AR: En el libro hay tres casos de carácter cultural: los “cuernitos de chivo”, que son juguetes que se venden a los niños, el impulso al narcocorrido y el caso del músico de reggae asesinado. Ante esta cultura del narco, ¿hay alguna alternativa?

JVC: Fíjate que no; yo veo que, al contrario, ante acontecimientos como el del Casino Royale de Monterrey y otros muchos en el país (en Tamaulipas, Ciudad Juárez, Sinaloa, Baja California, Coahuila, Michoacán) hay un repliegue, no hay una preocupación por mantener lo que se tiene en términos de convivencia, de ciudadanía, y hay menos manifestaciones de protesta contra el narco. Los académicos no quieren investigar el tema del narcotráfico; las universidades y algunas instituciones ciudadanas no organizan actos de reflexión, mesas redondas, talleres o conferencias sobre narcotráfico. No veo nada que esté compitiendo de este lado y que nos ayude a arrojar luz en este infierno. Hay esfuerzos aislados de pintores y algunas instituciones educativas, pero muy poco. Estamos en retroceso, reculamos, y en lugar de mantener espacios, de conservarlos, los cerramos o los debilitamos. Veo una especie de deshumanización, de aceleramiento de la descomposición social. Es una pena, pero no veo luces.

Tres jóvenes mujeres detenidas por tráfico de drogas y posesión de armas en Guadalupe, Nuevo León, el 13 de diciembre de 2010.
Tres jóvenes mujeres detenidas por tráfico de drogas y posesión de armas en Guadalupe, Nuevo León, el 13 de diciembre de 2010. Foto: Edgar Montelongo/ Reuters
AR: Buena parte de los textos están centrados en el caso de Culiacán y de Sinaloa, y pones énfasis en que buena parte de la violencia en ese estado se debe al rompimiento de El Chapo Guzmán y El Mayo Zambada con los Beltrán Leyva en 2008. Antes de esto, ¿cómo era Sinaloa?

JVC: El proceso de descomposición, de pérdida de espacios, de valores, fue muy lento. Todavía mucho antes, en los setenta y ochenta, los narcos de Culiacán estaban en Tierra Blanca, del otro lado del río Tamazula, y los pleitos eran entre ellos. Yo conocí un matón al que le ordenaron matar a un jefe policiaco, y el día en que iba a hacerlo desactivó el operativo porque aquel iba con su mamá. Ahora piensas en eso y crees que no es posible. Había entonces presencia de niños y jóvenes en el narco, pero no a estos niveles escandalosos, estaba muy controlado todo. Quiero decirte que si un narco, quien fuera, iba más allá de las órdenes (por ejemplo, si le ordenaban traer una camioneta, la robaba; pero aparte robaba algo más o lastimaba a alguien), llegaban a matarlo. El narco tenía, como lo tiene ahora, el monopolio del crimen: “Si alguien mata, roba un vehículo, secuestra, extorsiona, soy yo; si alguien hace ruido, se mueve y calienta la plaza, soy yo, yo lo autoricé. Pero si alguien lo hace por su cuenta, lo voy a matar”. Antes se tenía mucho más control, todo se echó a perder y la participación de niños y jóvenes tiene mucho que ver en esto, porque no son fáciles de controlar y se salen muy rápido del huacal, como decimos. Y además son sacrificables. Todo esto estaba mucho más controlado antes de las pugnas. Pero se perdió.

AR: En el libro hay un dato realmente dramático, el cambio generacional entre los asesinados: durante el sexenio de Vicente Fox, 80 por ciento de las víctimas eran mayores de 30 años, y entre 2008 y 2010 ya 40 por ciento fueron jóvenes de entre 18 y 29 años. ¿A qué obedece este cambio en tan sólo tres años?

JVC: Hay una historia en el libro: había un negocio informal de comida al que llegaba los mafiosos de Sinaloa: los matones, chavos y chavas, operadores, se veían allí, comían, iban en camionetas, cotorreaban, llevaban música. Fue entonces cuando se dio la división y el pleito entre El Chapo y los Beltrán Leyva. Un chavo que allí trabajaba y que se había ido un día regresó y empezó a preguntar: “Oye ¿qué pasó?, ¿por qué está tan solo aquí?”, “Pues es por los operativos y la violencia”; “Pero ¿y los clientes?”, “¿Te acuerdas de fulano?”, “Sí”, “Lo levantaron y lo mataron”. Y así fue hasta sumar como 100 muertos, todos ellos jóvenes. Durante aquel tiempo los de uno y otro bando llegaban y preguntaban: “¿Con quién estás: con Chapo o con los Beltrán?”, y era una ruleta rusa escoger a uno de los bandos porque quienes preguntaban podían ser del otro; así muchos jóvenes han muerto. Lo peor de todo es que ellos asumen que van a morir jóvenes, que no duran más de tres años en el crimen organizado, y que no van a pasar de matones, porque el narco no permite que estos jóvenes crezcan en el negocio, los controlan; hay un celo, hay envidia: “Tú no pasas de aquí, y si te asomas te matamos”. Muchos no rebasan la etapa de matón, pues como los matan rápido no pueden ir más allá, pero si sobreviven más tiempo no pueden aspirar a más porque como sea los sacrifican.

AR: También ofreces datos sobre el aumento en el número de menores de edad detenidos, sentenciados y asesinados. ¿Cuáles son entonces las perspectivas de niños y jóvenes cuando ingresan a una banda del narco?

JVC: Quieren saborear el poder, es muy importante. Se dan cuenta de que los narcos del barrio, con los que conviven, no son detenidos, que operan impunemente, traen la pistola fajada y controlan a cierto número de gente. Son “admirados” y “respetados”, pero en realidad son temidos. Ése es el ejercicio de poder del narco, y ellos le entran porque quieren ser así: que la gente les tenga miedo, que no se meta con ellos. Eso por un lado; por el otro está el salir de la pobreza, pero fíjate que no salir de la pobreza en el sentido social, sino de tener dinero. De repente tienen los bolsillos llenos de dólares, pero no invierten en otro negocio, ni meten el dinero en el banco o se lo dan a su mamá y a sus hermanos para la escuela, no. La situación no se ha traducido en que los jóvenes de familias en condiciones de pobreza salgan de ésta. Nada más terminan en arenas movedizas llenas de dólares, de sangre, de muerte, de destrucción. No superan su condición de marginación, o si lo hacen es al mínimo. Su vida sigue siendo endeble. Gastan mucho y muy rápido. ¿Tú crees que van a gastar en una casa? No, van a gastar en viajes, en ropa, en cerveza, whisky, mujeres, vehículos, droga… es muy frívolo el destino que ellos le dan al dinero.

AR: Hay otra historia de Morelos, muy conocida: la de El Ponchis, una suerte de sicario niño. Pero él dice que delinquía bajo amenaza.

JVC: Eso también se ha multiplicado escandalosamente, porque los cárteles más agresivos (Los Zetas, lo que queda del Golfo, La Familia, los Beltrán Leyva) van a colonias, pueblos y comunidades y hacen redadas como si fueran la policía, y se llevan a los niños y a los jóvenes bajo amenazas de matarlos a ellos y a su familia si no aceptan involucrarse en el narcotráfico. Entonces, ellos no viven este ambiente de violencia para relacionarse con ésta, sino que, aunque padecen la pobreza, no ven aún al narco como una opción, pero se ven obligados a entrar. Estos jóvenes sicarios o halcones, amenazados de muerte y drogados, son además sacrificados por los líderes de la célula para la cual trabajan una vez que ya no les sirven, porque son muy conflictivos por las drogas, porque no crecen, porque ponen en peligro las operaciones.

Nos hemos convertido en una sociedad que no sólo expulsó a los jóvenes del paraíso de la vida digna y lícita, sino que, aparte de eso, los condena, como lo hace con El Ponchis: lo sentenciamos, decimos “mátenlo, es culpable” (aunque no lo sea), y no nos preocupa saber qué fue lo que orilló a este niño a entrarle al narcotráfico.

AR: Otro asunto interesante es el papel de la familia en el ingreso de infantes al narco. En el libro hay varias historias de jóvenes integrados a las bandas a invitación de tíos y primos, por ejemplo. Y también casos de mujeres que entran al negocio por ayudar al esposo. ¿Cómo es esto?

JVC: Sí, son compañeras de ellos hasta en el crimen. Es parte de esta descomposición: olvídate del concepto tradicional de familia nuclear, ya que al papá lo mataron o se fue a Estados Unidos a trabajar, no manda dinero, no volvió y no saben de él; la madre está al frente de sus hijos, puede ser alcohólica o drogadicta, puede tener dos trabajos y no ve a sus hijos, no los orienta, no está al pendiente de ellos, no los abraza. Frente a esa casa que no es hogar, a ese niño que crece sin amor, desolado, sin agarraderas, una influencia, sea mala o buena, lo arrastra fácilmente. En este caso es una influencia mala: el primo, el tío, el pariente lejano, el vecino que aprovecha la situación muy bien y lo coopta para el narco. Volvemos a lo mismo: ¿quién compite contra el narco? Nada ni nadie.

AR: En otras partes del libro se relata la colusión de policías municipales y estatales con los delincuentes. ¿Era inevitable la entrada del Ejército a la lucha contra el narcotráfico en tanto existe ese nivel de corrupción?

JVC: Sí, yo creo que había que hacer algo. Yo no he escuchado a nadie que diga “no hay que combatir al narco”, a menos que sean narcos. Efectivamente, la policía falló, y falló el gobierno: la policía es corrupta porque el funcionario público lo es también, porque no hay imperio de la ley, no hay Estado de Derecho. Entonces, a un policía corrupto yo lo castigo, lo destituyó y lo encarcelo; pero no cuando hay una mochada que me llega a mí como director, como comandante, como jefe.

Creo que también la pobreza ha orillado a los policías a delinquir y a corromperse por los bajos salarios. Pero es una policía incapaz y corrupta y, bueno, sacamos al Ejército. Pero sigue sin haber inteligencia, no hay espionaje, no hay combate preciso e integral al narcotráfico: son escopetazos. El gobierno cree que con grandes convoyes “intimida” a los narcos, pero lo que hace es espantar a los ciudadanos; ha encerrado a la ciudadanía, porque los malos también están de ese lado, del lado de la policía y el Ejército. “Bueno, sacamos al Ejército porque la policía no sirve”: pues el Ejército tampoco está sirviendo porque no hay inteligencia, o no se aplica; quién sabe para qué la use el gobierno. El costo que se tiene ahora por haber sacado al Ejército es que éste pasó de ser una de las instituciones más prestigiadas hace 10 años a una de las instituciones más corruptas: si antes decías “lo detuvo el Ejército, ya no hay nada qué hacer”, ahora el narco sabe que puede rescatar con un acto de corrupción a ese detenido de manos de los mismos soldados. Querían combatir al narco sacando al Ejército, pero allí está el resultado: el Ejército también pisó la mierda.

AR: También podemos ver que hoy muchas autoridades están en franca complicidad con el crimen organizado o, en el mejor de los casos, atemorizadas. Incluso relatas el caso de un juez que les dice a los familiares de un asesinado que le piden justicia, “ya, allí déjenlo”. ¿Qué hacer ante esta situación?

JVC: Hay que aprovechar los comicios para expresar la inconformidad, la ciudadanía tiene que hacerse escuchar de alguna manera. El narco va a estar presente en las elecciones, es un hecho: financia campañas de todos los partidos políticos, aunque no digo que en todas las candidaturas ni con todos los aspirantes. Es una pena y es un retroceso porque significa la desolación, la falta de asideros. Yo creo que merecemos otro país, otro gobierno. Tenemos muchas oportunidades que no hemos aprovechado, y quiero pensar que ésa es una buena manera de empezar a resolver las cosas, porque este gobierno, estos funcionarios, este aparato no van a servir: es el gobierno al servicio del narco. Hay que cambiar de gobierno y construir Estado, porque no lo hay. Yo coincido con eso de Estado fallido porque, efectivamente, el narco es el que manda.

En el cementerio privado Jardines Humaya, en Culiacán, Sinaloa, se encuentran enterrados restos de jóvenes sicarios.
En el cementerio privado Jardines Humaya, en Culiacán, Sinaloa, se encuentran enterrados restos de jóvenes sicarios. Foto: Yuri Cortez/ AFP
AR: El libro también es duro con la sociedad sinaloense, especialmente en la parte dedicada al silencio que guarda: una sociedad que no habla, no denuncia, no protesta, no se manifiesta y no es solidaria. ¿Por qué es así?

JVC: Hay que medir de forma diferente a la sociedad sinaloense porque ha convivido con el narcotráfico, con el crimen organizado, cuánto te gusta, ¿50 años? Es una sociedad postrada, que guardó silencio, huérfana de liderazgos y también de genitales. No hay lucha social, hay una orfandad terrible. El buen periodismo en estas regiones es un ejercicio solitario: no tiene eco. Si yo hago un trabajo fuerte sobre el narco que involucra a políticos en el gobierno, no tiene eco en el Congreso del estado ni en los partidos políticos, ni en la ciudadanía ni en las organizaciones. El texto, el reportaje valiente, luminoso, se queda allí. ¿Y sabes qué significa eso? Vulnerabilidad. Los medios y los periodistas que queremos hacer buen periodismo padecemos esta soledad que nos convierte en vulnerables, con mucho mayores riesgos. Y esto permea también lo otro: madres, hermanas, padres que no quieren hablar de la muerte de sus parientes porque temen que les maten al otro hijo; o gente que te reclama “tú, periodista, por qué no publicas” y te dicen que eres “culón”, que eres corrupto. Pero resulta que tú firmas tus notas y la gente que te reclama lo hace desde el anonimato. Es una sociedad anónima, sin rostro, sin nombre ni apellido, que habla a escondidas, a oscuras. Esto es un saldo triste del narcotráfico porque es otra muerte: la muerte ciudadana, civil. Son dos muertes, quizá más: primera, la de la persona víctima del hecho violento, y la otra es cuando no queremos dar la cara, cuando la desconocemos y la arrojamos a la fosa común. Esta es una sociedad, no sólo la de Culiacán o la de Sinaloa, sino la de casi todo el país, sin genitales.

AR: La última parte de tu libro está dedicada a los periodistas. Recuerdo anécdotas del libro: un periodista dice que “en boca cerrada no entran balas”; Jorge Zepeda Patterson pide protección para una reportera al gobernador, a lo cual éste responde: “No protejo ni a mi esposa”, y la última, tuya, que es cuando le dices a una persona del DF que eres periodista en Sinaloa y te pregunta: “¿Y estás vivo?”. ¿Cómo se hace periodismo en Sinaloa?

JVC: Apretando los esfínteres y con pluma blindada. Hay que darle sobredosis de audacia a la temeridad, y dosis de prudencia al arrojo. Uno tiene que aprender a conocer la realidad y su coyuntura. ¿A qué me refiero?: ¿Quién manda en la ciudad? ¿Cómo es este tipo, para quién trabaja, quiénes son sus nexos? Es muy importante que tengas una especie de diagnóstico, y entonces tienes que aprender a administrar. Ya que sepas qué suelo pisas, entonces administrar la información, bajarle a los riesgos, jugar con eso. ¿De qué hablo? De que tienes que saber qué no vas a publicar. Es una pena, es castrante, es la frustración galopante, y es la realidad.

La otra es que yo no esté aquí contigo, sino que esté muerto, o que esté en Culiacán y no pueda salir porque estoy amenazado. Entonces yo prefiero publicar una parte de lo que está pasando, y para eso tengo que ubicar lo que no debo publicar, porque, por ejemplo, este tipo es violento, trabaja con tal narco, y porque éste puso al jefe de la policía, y el gobernador, el secretario de Seguridad Pública y el alcalde están con él. Entonces yo voy a publicar sólo el 10 o 20 por ciento de lo que sé, de lo que tengo confirmado, pero no voy a guardar silencio. Así se hace periodismo, y sí, de repente te pones paranoico y terminas entrenando a la gente que está contigo y cerca de ti para la guerra. Pero creo que hay que hacer algo, porque yo no soy periodista del silencio, no soy un reportero de la mordaza; prefiero seguir escribiendo aunque sea sólo una parcelita de este infierno. Tienes que saber cómo, y creo que una manera de hacerlo es a través de la crónica. Pero ni los mejores textos, ni la mejor prosa, ni juntando los mejores trabajos periodísticos se alcanza a contar este infierno nacional. Algo hay que hacer, y yo prefiero estar con los que hacen algo; que no me digan después (mis hijos, por ejemplo) que me quedé callado cuando estaba toda esta mierda, que no hice nada porque yo estoy haciendo lo que me toca hacer, aunque no como quisiera. Esto refleja que el narco está en las redacciones, no porque nosotros estemos coludidos, sino porque tienes que pensar en el narco a la hora de escribir, y no hace falta que te amenacen directamente: la realidad, la vida misma, es amenazante.

AR: Mencionas que los reporteros han tomado algunas medidas de protección, sin intervención de los directivos de las empresas. ¿Qué medidas han tomado y por qué éstos no han participado de esas decisiones?

JVC: Es que no hay preocupación de los directivos de las empresas, yo creo que están muy metidos en el negocio. Por ejemplo, era para que hubiera talleres, conferencias, incluso entrenamiento, protocolos, medidas físicas en las instalaciones de los periódicos. Nada de eso hay. Creo que hay desinterés, y ellos saben que muchas veces los ataques son contra los periodistas, el reportero que anda en la calle. Pero sí se han dado casos contra medios, no tanto contra los directivos (con la excepción de Jesús Blancornelas), sino contra los periodistas. Cuando los narcos atacan instalaciones es porque quieren mandar señales, quieren asustarnos porque están en contra del director. Quieren llamar la atención, que se publique tal o cual cosa, o protestan porque no se publicó. Pero como sea hay apatía, desinterés de los directivos de los medios. Lo que se ha hecho ha sido, más bien, por parte de los reporteros de abajo, de a pie, por su cuenta, es, por ejemplo, no usar logotipos, traer vehículos sin identificación de prensa, llegar en colectivos. Pero ni siquiera para ésto han sido útiles las asociaciones, que más bien han servido para protestas efímeras y para colocar a periodistas en puestos de gobierno, como agencias de colocación. Pero es una pena: lo que se ha hecho es por los periodistas de abajo, en el tejido más ínfimo, y ellos son los que sufren los embates de los policías, de los militares y de los narcos.


Un soldado inspecciona una pistola de juguete entregada por un niño, durante el programa de intercambio de armas implementado en Monterrey a principios de este año Foto: Foto: Tomás Bravo/ Reuters
AR: Como señalas, en todos los ámbitos de la vida social hay relaciones con el narco. En este sentido hay una mención de que esta corrupción también ha entrado en la prensa. ¿Hay periodistas y medios coludidos con el narco?

JVC: Claro que sí. Son una especie de enlaces; hay periodistas que son enlaces de los capos que controlan las plazas, y que les informan si va a ir algún enviado de un medio nacional. En las redacciones, cuando se publica una historia sobre la complicidad entre un capo y un jefe policiaco la nota aparece sin firma; sin embargo, éstos se enteran de quién la hizo. ¿Cómo lo hacen? Porque la redacción está infiltrada. Hay que tener mucho cuidado; lo ideal sería tener redacciones integradas por gente de confianza. Yo tengo esa fortuna en Ríodoce y en La Jornada, pero hay periodistas que no pueden platicar con sus jefes o compañeros lo que les sucede en la calle o los trabajos de investigación que están haciendo, porque no les tienen confianza. Es un cerco que ha tendido la perdición que alcanzó las redacciones. Yo creo que también allí hay que moverse con mucho cuidado.

Los destapes de Moreira

En Privado

Joaquín López-Dóriga

En política lo importante es la
estrategia, no la verdad
. Florestán

Como le comentaba ayer en este espacio, el presidente del PRI, Humberto Moreira, destapó el lunes a Andrés Manuel López Obrador como el candidato a vencer en las elecciones presidenciales de 2012, al tiempo que Marcelo Ebrard, al que desdeñó, marcaba su primera diferencia pública con el tabasqueño.

Moreira, en la recuperada conferencia de prensa de los lunes, disparó:

El PAN está haciendo sus encuestas ciudadanas, nosotros tenemos encuestas también y, siendo fríos y claros en las encuestas, nuestra competencia es con Andrés Manuel López Obrador, para ser claros y precisos. No quiere decir que no haya competencia con el PAN, pero los personajes del PAN, que en este caso es Josefina, diputada con licencia, Josefina está en un sitio más abajo. La competencia real es con Andrés Manuel López Obrador, así están las encuestas y yo hablo de eso, y además hay un crecimiento. Estamos muy por encima, pero el segundo lugar es Andrés Manuel.

En dos frases Moreira eliminó a Santiago Creel y a Ernesto Cordero como candidatos del PAN, y a Marcelo Ebrard, del PRD, ahora sí que, ¡por sus encuestas!

Y lo hizo al día siguiente del anuncio del jefe de Gobierno capitalino, hablando por primera vez de la diferencia de proyectos: el suyo y el de AMLO, cuando en Querétaro dijo:

Yo tengo unas posiciones, digamos, más pensadas en lo que es la función de gobierno y López Obrador unas posiciones más fincadas en lo que es un movimiento social de protesta. Vamos a hacer la encuesta para ver quién tiene más respaldo y a eso nos sujetaremos.

Y no satisfecho Moreira con destapar a López Obrador como candidato de la izquierda, destapó a Josefina Vázquez Mota como la candidata de la derecha, cuando aún no ha definido al suyo, lo que Enrique Peña Nieto tampoco necesita.

¡De veras! ¡Lo que es saberle a esto de los destapes ajenos!

Retales

1. COAHUILA. La Procuraduría Fiscal de la Federación sigue la averiguación sobre el uso que el gobierno de Coahuila hizo de documentos apócrifos del Congreso local para garantizar créditos bancarios con participaciones federales. Hay un banco que acaba de denunciar otras dos operaciones por mil millones de pesos cada una;

2. BRIGADAS. Habría que ser mucho más cuidadoso sobre las declaraciones y versiones en voz baja que esparcen la idea de que ya operan en México brigadas blancas que hacen una operación limpieza entre las filas del crimen organizado; y

3. SIN ABRAZO. El jueves le contaba que el jefe de la II Región Militar, general Adolfo Duarte, descalificó al secretario de Gobierno de Baja California, Cuauhtémoc Cardona, tachándolo públicamente de grosero, borracho, irresponsable y confianzudo y prohibiéndole el ingreso a las instalaciones militares. El lunes ya se saludaron, pero nada más.

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