viernes, 23 de septiembre de 2011

¿Euro vs dólar? La crisis de deuda resta atractivo a la moneda única

Manuel de la Cruz

La crisis de la deuda que atraviesa la zona euro ha restado atractivo a la moneda única como divisa de reserva alternativa al dólar. En menos de 20 sesiones, el euro ha pasado de 1,46 dólares a 1,35, y ha llegado a tocar los 1,33. Los expertos creen que el euro mantendrá su tendencia bajista y finalizará el año entre 1,25 y 1,30 dólares.

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Morgan Stanley estima que el apoyo internacional al euro decaerá ante el desafío que supone para la moneda única la evolución de las políticas económicas, monetarias y constitucionales en Europa. Para Morgan Stanley, “el atractivo del euro como divisa de reserva alternativa es probable que se reduzca” y destaca que los acontecimientos recientes que han tenido lugar en Europa, como el cambio en el discurso de Trichet tras la última reunión del BCE, la dimisión de Jürgen Stark del Comité Ejecutivo del BCE y la decisión del Tribunal Constitucional alemán, sumados a la deteriorada situación económica del Viejo Continente apuntan a un euro más débil.

En este sentido, el banco de inversión estadounidense ha revisado recientemente a la baja el tipo de cambio del euro frente al billete verde, fijándolo en 1,30 dólares para final de año y 1,25 unidades en el primer trimestre de 2012, para estabilizarse en la segunda mitad del año que viene.

Los flujos internacionales de apoyo al euro, que han protegido a la moneda única de las noticias negativas de los últimos meses, parecen que comienzan a disminuir, según Morgan Stanley. El euro ha sido uno de los mayores beneficiarios de los programas de diversificación de reservas de divisas de los bancos centrales. Sin embargo, la evidencia de una desaceleración económica global sugiere que el ritmo de acumulación de reservas por parte de los bancos centrales se ralentizará.

En esta misma línea, Miguel Ángel Rodríguez, analista asociado de XTB, recuerda que toda la subida del euro hasta sus máximos se debió a convertirse en moneda reserva y las compras de China y los bancos centrales asiáticos, que iban convirtiendo dólares a euros.

Con la elevada incertidumbre que vive Europa, la decisión ha sido dejar las compras en “standby”. Para Rodríguez, si se solucionan los problemas, “el euro volverá a ser moneda de refugio por su capacidad de absorber tal cantidad de dinero”, aunque cree que “no se van a resolver de un día para otro. Alemania y Francia están dejando morir a Grecia lentamente para un ‘default’ y, posiblemente, su salida del euro. Se ha roto la confianza”.

El analista asociado de XTB cree que el euro podría subir hasta 1,38-1,385, pero su próximo objetivo es 1,33 unidades, para cerrar el año entre 1,27 y 1,30 dólares. Rodríguez no descarta que si se produce el default de Grecia, el primer impacto sería un ataque a España e Italia a través de la venta de sus bonos, lo que podría llevar al euro a caer a 1,20 dólares.

Goldman Sachs también ha rebajado su previsión para la divisa comunitaria, pero se muestra algo más optimista, ya que prevé que se situará por encima de sus niveles actuales. El banco de inversión estima un tipo de cambio para el euro frente al dólar de 1,40 dólares a tres meses, 1,45 a seis y 1,50 a 12 meses, con un descenso de cinco centavos de dólar en cada plazo respecto a su anterior informe.

Goldman Sachs destaca que los problemas fiscales del área euro continuarán y que la negociación e implementación del segundo tramo del programa de ayudas a Grecia ya ha llevado a varios países a un endurecimiento de su política fiscal, incluyendo a Italia e incluso a Francia. Sin embargo, a pesar de reducir el punto de partida en sus previsiones, considera que no ha cambiado la situación subyacente. La tendencia dominante en el mercado de divisas sigue siendo claramente la depreciación del dólar, ya que hay muchos factores que no han cambiado, como el déficit comercial estadounidense, su política económica, más relajada que la del BCE, o la debilidad de la actividad en EEUU.

De todos modos, la mejor forma de analizar una “divisa reserva”, para Steen Jakobsen, economista jefe de Saxo Bank, es mirar el tamaño del mercado de capitales subyacente. En este sentido, recuerdo que solo en renta variable, Estados Unidos tiene unos 15.700 billones de dólares, el 31% de total mundial. En renta fija, el mercado es al menos tres veces más grande. Por su parte, en Europa, la bolsa supone entre 5 y 6 billones con un mercado de renta fija entre 3 y 5 veces mayor. La capitalización bursátil de Asia es de entre 3 y 4 billones de dólares, pero sin mercado de renta fija.

Además, “para ser una moneda reserva necesitas que la moneda fluctúe libremente. En realidad sólo el dólar, la libra esterlina y el euro lo son. El yen y el franco suizo tienen grandes limitaciones por las intervenciones y los controles actuales”, apunta Jakobsen, que considera que el euro podría terminar año en 1,25 dólares y dentro de un año situarse en 1,15 unidades.

Wall Street se deja un 6,4% en otra semana negra para los mercados financieros

El temor a una nueva recesión fue de nuevo el principal lastre del mercado. Wall Street se mostró muy escéptico con la decisión con la Operación Twist de la Fed, y acumuló pérdidas semanales del 6,4%, su peor semana desde octubre de 2008. Las materias primas fueron las grandes damnificadas, mientras el dólar aprovecha las tensiones en el Viejo Continente para alcanzar máximos de ocho meses con el euro.

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Al cierre de la sesión el Dow Jones de industriales se anotó un 0,3%, hasta 10.771 puntos, acumulando na caída semanal del 6,4%. El selectivo Standard & Poor´s 500 sumó un 0,6% 1.136 puntos, pero acumuló recortes del 6,6% en la semana. El mercado tecnológico Nasdaq Composite repuntó un 1,1%, hasta 2.438 puntos, y se dejó un 5,3% semanal.

Las bolsas de todo el mundo no quitan ojo a lo que sucede en la zona euro. La crisis de deuda soberana, con Grecia como telón de fondo, el riesgo de contagio de las economías periféricas (Italia y España) y la recapitalización del sector bancario son algunas de las muchas preocupaciones que los inversores tienen en la cabeza. El temor a una segunda recesión es la principal de todas. En la vieja Europa los mercados padecieron una semana de castigo que en el caso del Ibex le supuso dejarse por el camino un 4,6% de su valor en cinco días.

En EEUU, el Dow Jones y compañía también sufrieron lo suyo. La calma que se respiró hoy en la principal bolsa del mundo vino precedida de una tempestad gestada, en parte, por la Reserva Federal (Fed). El pasado miércoles Wall Street sufrió un revés importante como consecuencia de la 'Operación Twist' anunciada por el regulador monetario. La medida, vista como algo insuficiente por los inversores, es de dudosa eficacia y no era lo que el merado quería escuchar.

Mejor, mucho mejor, senaron las declaraciones del G20 en las que prometió una respuesta "fuerte y coordinada" a los problemas por los que atraviesa la economía mundial. A falta de datos más precisos, los inversores empezaron a especular con el rumor de que los bancos centrales podrían estar preparando nuevas medidas para estimular el crecimiento global y esa posibilidad fue lo que calmó los ánimos del parqué neoyorquino.

En Europa las principales plazas bursátiles terminaron el día con subidas, animadas por la posibilidad de que el Banco Central Europeo (BCE) se decida a bajar los tipos de interés en su reunión de octubre. Los analistas de JPMorgan así lo creen, y no son los primeros en manifestar esa idea. La posibilidad de un recorte de las tasas en la zona euro cobra fuerza después de que Luc Coene, miembro del Consejo de Gobierno del BCE y gobernador del Banco Nacional Belga, asegurase que la institución está lista para actuar si los datos macroeconómicos de la zona euro empeoran en el mes de octubre. “El BCE no descarta cosas de antemano”, señaló.

En el mercado de divisas el 'billete verde' cede un 0,3% en su cruce con el euro, que se paga a 1,35 dólares. No obstante, la crisis de deuda de la euro zona ha restado atractivo a la moneda única europea, que ayer cayó a mínimos de ocho meses. Peor están las cosas para las 'commodities'. El oro sufrió un descenso del 5,9% (-102 dólares) y se alejó a pasos agigantados de la cota de los 1.800 dólares la onza, mientras que la plata se dejó otro 18%. En cuanto al crudo, el barril de West Texas Intermediate (WTI), de referencia en EEUU, acabó a la baja y se pagaba a poco más de 80 dólares.

En plano corporativo el sector bancario fue uno de los más animados de la sesión, algo que también sucedió en Europa, donde los rumores sobre la recapitalización bancaria y la rebaja de ráting a ocho entidades griegas no afectaron demasiado a las entidades financieras. En EEUU, las acciones de Bank of America (+4%), JPMorgan (+1%), Wells Fargo (+2%), Citi (+4%) y Morgan Stanley (+5%) subieron con fuerza. Pese a esta recuperación, el índice de valores financieros de Wall Street se dejó un 9% en la semana.

En la otra cara de la moneda se situó Hewlett-Packard (-2,3%), a quien el cese de su consejero delegado, Léo Apotheker, pasó factura.

Las Bolsas europeas salvan la jornada gracias al rebote de la banca

Las promesas de medidas del G-20 y el rumor de una rebaja de tipos del BCE ponen fin al desplome en los parqués. -El Ibex sube un 2,12% y evita cerrar su segunda peor semana del año. - El euro y la prima también mejoran

EL PAÍS | Madrid

El tirón de última hora de la banca por los rumores de un eventual cambio en la política monetaria del Banco Central Europeo ha permitido a las Bolsas europeas salvar los muebles en una semana que amenazaba con quedar registrada entre las peores del año. La jornada, que ha estado dominada por la volatilidad, empezó con subidas gracias al anuncio del G-20 de que tomará "todas las medidas necesarias" para garantizar la estabilidad del sistema financiero. Después y tras un breve tránsito por los números rojos en los principales índices internacionales, las compras se han apoyado en las declaraciones de un consejero del BCE, Luc Coene, de que en octubre podrían recuperar algunas medidas extraordinarias para superar la falta de liquidez en los mercados.

Bloomberg calcula que en lo que va de semana se han evaporado 2,5 billones de las Bolsas

"La mejor opción en estos momentos es guardar el dinero en efectivo", asegura un analista de LGT

Los inversores han llegado a ver en este anuncio la posibilidad de una rebaja de tipos, aunque Coene ni mucho menos ha llegado tan lejos, pero para eso están los rumores. Al menos, el rebote de hoy pone en evidencia que el mercado apuesta por un cambio en la política del instituto emisor, con lo que sufrirán la correspondiente decepción -esto es, más jornadas de caídas- en caso de que no se cumplan sus expectativas. En un efecto derivado de esta posibilidad, además, la mejora se ha extendido al cambio del euro y en la deuda.

Junto a ello, las noticias sobre los supuestos planes de la UE de acelerar la recapitalización de las entidades pequeñas y medianas que sacaron mala nota en las pasadas pruebas de esfuerzo, entre ellas siete españolas, no han tenido impacto en las grandes figuras financieras del Viejo Continente. Este sector, junto al industrial, ha estado en la diana de los inversores en las pasadas jornadas.

Gracias al rebote de los bancos, que pesan más en el Ibex 35 que en sus homólogos vecinos, el selectivo español ha cerrado con la mayor subida en Europa y ha remontado un 2,12% tras registrar fuertes bandazos. Gracias a este avance, que ha tenido lugar tras llegar a ceder un 2,3% a media sesión, el principal índice de la Bolsa de Madrid se queda a un paso de recuperar la cota psicológica de los 8.000 puntos de la que se despidió ayer tras desplomarse un 4,62%. Así, el lunes abrirá en 7.996 enteros, con lo que modera el descenso acumulado desde enero desde el 20% de ayer al 18%. El selectivo también ha evitado cerrar su segunda peor semana del año ya que en el peor momento del día, cuando sobre las 14.00 se ha situado bajo los 7.700 puntos y amenazaba con marcar nuevos mínimos anuales (llegó a caer a 7.640 puntos el 12 de agosto), su valor era un 8,9% inferior al del pasado viernes.

No obstante, al final el día no ha sido tan malo. Entre sus grandes valores, BBVA ha avanzado más de un 5% y Santander un 4,90%. Telefónica se ha sumado a la fiesta organizada a última hora con un repunte del 2,63%. Ni siquiera las entidades aludidas por Bruselas que cotizan en el Ibex se han visto penalizadas al cierre y tanto Sabadell como Popular han ganado un 1,02% y un 1,70%. Quien no ha corrido la misma suerte ha sido la gran mayoría de las constructoras o las eléctricas, que han acabado la semana en rojo.

En el resto de Europa y con Wall Street remontando un 0,23%, el índice Cac 40 de París ha subido un 1% al cierre, el FTSE de Londres un 0,50%, el MIB de Milán un 1,3% y el Dax de Fráncfort un 0,63% condicionado por el mayor peso de sus valores industriales, que no han logrado dejar atrás los números rojos. El sector se ha visto penalizado en las últimas jornadas por su dependencia del ciclo económico y el impacto que tienen en el negocio parones en el consumo como el que ahora se cierne sobre la economía internacional.

En el bando contrario, los mayores bancos del euro por capitalización bursátil como el Deutsche Bank o los franceses BNP y Société Générale han rebotado un 5,75%, un 8,3% y un 7,12%. Estas dos ultimas entidades vienen de sufrir un serio castigo por su exposición a la deuda de los periféricos. Los italianos Intesa Sanpaolo o Unicredit han hecho lo propio con avances del 6,5% y del 5,15%.

En los mercados de divisas, el euro ha logrado mantener al final de la jornada las subidas frente al dólar y ha superado las 1,35 unidades del billete verde. En cuanto a la evolución de la deuda de los países bajo sospecha, el sobreprecio exigido a los bonos españoles a 10 años frente a los alemanes, la llamada prima de riesgo, ha llegado a bajar de la frontera de los 350 puntos básicos y se ha situado sobre los 345, más de 15 puntos menos que ayer. Italia también ha reducido su diferencial frente a la deuda alemana en cerca de 10 puntos básicos, con lo que el lunes empezará la semana por debajo de los 390.

Pese al cierre en positivo de hoy, los analistas siguen recomendando prudencia. "La mejor opción en estos momentos es guardar el dinero en efectivo", ha asegurado a Bloomberg un analista de LGT. En un sentido similar, el analista de Renta 4, Iván San Felix, ha señalado a Efe que "la solución para Grecia sigue sin avanzar", por los que hay que "esperar a la próxima reunión de la troika la semana que viene". "Es necesaria una medida coordinada y urgente sobre Grecia y para recapitalizar a la banca", ha añadido San Felix.

Comunicado urgente del G-20

De momento, el desplome de ayer de los mercados precipitó la redacción de un comunicado urgente de los ministros de Economía y gobernadores de bancos centrales del G-20 en la madrugada del viernes para intentar calmar los ánimos de los inversores antes de la apertura en Europa, según informa Alejandro Bolaños.

El texto, que no estaba previsto y se ultimó en una prolongada cena en Washington, renueva el compromiso de "tomar todas las medidas necesarias para preservar la estabilidad del sistema bancario y de los mercados financieros", una proclama habitual en las cumbres de los países ricos y emergentes.

Pero más allá de asegurar que "harán todo lo posible para que los bancos tengan los niveles de capital adecuados", los firmantes no detallan qué medidas podrían aplicar ahora, algo que podría estar detrás del escaso ímpetu de las subidas en los mercados. "Daremos una respuesta conjunta y decidida a los nuevos desafíos de que afronta la economía mundial", insiste el comunicado.

Medidas en la recámara del BCE

En paralelo al mensaje del G-20, el miembro del consejo de gobierno del BCE, Luc Coene, ha admitido en una entrevista a Bloomberg que si la situación económica sigue empeorando el próximo mes, el instituto emisor deberá adoptar algún tipo de estímulo. "Si los datos de principios de octubre muestran que las cosas están peor de lo que preveíamos deberemos buscar qué tipo de decisiones podemos tomar para hacerles frente", ha asegurado el representante belga en el organismo presidido por Jean-Claude Trichet, que precisamente afronta en octubre su último mes al frente del BCE.

Según añade esta agencia de información económica, las medidas que podría aprobar el banco central pasan por reintroducir facilidades de financiación a más largo plazo que las actuales a seis meses -esto es, créditos a 12 meses o, incluso, a un mayor plazo-. "Podríamos hacerlo perfectamente si apreciamos que hay una necesidad urgente. Ahora no pienso que esta necesidad exista, pero podría darse en dos semanas".

Preguntado por si también se puede esperar una rebaja en los tipos de interés, que están en el 1,5% gracias a que el BCE decidió separarse del resto de sus homólogos a principios de 2011 al optar por elevar el precio del dinero hasta en dos ocasiones, Coene se ha limitado a seguir el discurso oficial del instituto emisor: "El BCE nunca descarta nada de forma previa". La Fed estadounidense tiene los tipos prácticamente en cero mientras en Japón o Reino Unido están en el 0,5%. Además, el Banco de Inglaterra prodía anunciar una inyección de liquidez de 400.000 millones de libras comprando deuda, tal y como ha venido haciendo la autoridad monetaria de EE UU.

Abbas desafía ante la ONU a Netanyahu y a EE UU

Abbas desafía ante la ONU a Netanyahu y a EE UU

El presidente palestino pide ante la Asamblea General un Estado de pleno derecho.- El primer ministro israelí advierte que la paz no puede lograrse solo con resoluciones de Naciones Unidas

ANTONIO CAÑO | Nueva York

Abbas ante la ONU

El presidente palestino, Mahmoud Abbas, blande una copia de la solicitud de ingreso de Palestina en la ONU durante su discurso ante la 66 Asamblea General de las Naciones Unidas.- MIKE SEGAR (REUTERS)

Apelando a la conciencia mundial y a la justicia de una causa defendida democrática y pacíficamente, Mahmud Abbas ha solicitado hoy la admisión de Palestina como Estado de pleno de derecho de Naciones Unidas, un paso histórico que arrincona diplomáticamente a Israel y a su principal valedor, Estados Unidos, y que abre un futuro con menos esperanzas que incertidumbres y riesgos en Oriente Próximo. "Esta es la hora de la verdad, ha llegado el momento de la independencia para el pueblo palestino", ha dicho Abbas entre los aplausos atronadores de una Asamblea General que ha dejado claro de la manera más efusiva de qué lado está.

Pero la Asamblea General no tendrá que votar por el momento. La petición palestina será tramitada primero en el Consejo de Seguridad de la ONU, el único órgano con autoridad para admitir a un nuevo miembro y donde EE UU ha anunciado que hará uso de su derecho al veto para rechazarla en el que caso de que ésta obtuviese los nueve votos que se requieren para su aprobación, lo que no es seguro. La actuación de Abbas en la ONU, apasionada y comedida a la vez, tiene varias dimensiones y puede provocar distintas consecuencias. Desde el punto de vista simbólico y emotivo, su éxito fue clamoroso. Eso, en sí mismo, puede servir enormemente para potenciar una causa que languidecía y para obligar a las otras partes a romper el actual impasse. La paralización de los últimos años sólo ha servido para que Israel, que ha seguido construyendo asentamientos, se fortalezca y se extienda.

Pero desde el punto de vista práctico, político y diplomático, esta petición de un Estado seguramente se va a estrellar con una realidad muy difícil de modificar: la complejidad de la negociación con Israel, que siente en peligro su supervivencia como Estado, y el apoyo inevitable de EE UU a su aliado judío, incluso con un presidente, como Barack Obama, que hizo un intento de ser neutral. También desde este aspecto, el de la viabilidad, Abbas estuvo prudente y conciliador en su discurso ante la Asamblea General. "No queremos aislar a Israel ni deslegitimarlo, sólo queremos legitimar al pueblo palestino", ha dicho. "Tiendo la mano a Israel para que aproveche esta ocasión... Estamos dispuestos a regresar inmediatamente a la mesa de negaciones", ha añadido.

Ha descrito el futuro Estado palestino con algunas características que el actual Gobierno de Benjamin Netanyahu rechaza, como su soberanía dentro de las fronteras de 1967 -lo que incluye la actual Cisjordania, Gaza y el Este de Jerusalén- y el establecimiento de la capital en esa ciudad santa. Ha exigido también la paralización de los asentamientos como condición para establecer un diálogo auténtico. Pero ha mostrado flexibilidad para discutir todos esos asuntos, y otros como el del regreso de los refugiados palestinos, si Israel admite la existencia de Palestina como Estado.

Criticas de Netanyahu a la propuesta palestina

Netanyahu ha tratado igualmente de ser moderado en su intervención ante la Asamblea General, a continuación de la de Abbas. Y también ha obtenido aplausos, aunque mucho más tímidos, cuando se ha ofrecido a negociar con los palestinos los términos de "una paz justa y duradera" y ha propuesto hacerlo hoy, aprovechando que los dos están en Nueva York. Ambos líderes han hecho un recuento de las calamidades sufridas por sus pueblos desde que en 1948 la ONU decidió la división de la antigua Palestina bajo ocupación británica en dos Estados, uno árabe y el otro judío. Abbas ha recordado las expulsiones, persecuciones y represión de que han sido objeto los palestinos en estos "63 años de sufrimiento". Netanyahu ha citado las agresiones árabes y las amenazas de exterminio, algunas tan recientes como las que el presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, pronunció ayer en este mismo foro.

Los dos han recorrido también las vicisitudes de varios años de negociación para concluir que fue el otro quien impidió un acuerdo. Los palestinos aceptaron el derecho a la existencia de Israel y renunciaron a su territorio anterior a 1967, sin que eso sirviera de nada. Los israelíes reconocieron a la Organización para la Liberación de Palestina y se retiraron de Gaza y de gran parte de Cisjordania, sin que eso sirviera para nada.

Hoy el conflicto es tan inabordable políticamente como lo ha sido siempre y tan explosivo como lo ha sido siempre. Si se llega al momento en que EE UU tenga que vetar el sueño palestino, la ola de irritación y quizá de violencia en el mundo árabe está garantizada. Ni qué decir del prestigio de Obama en una región con la que intentó hacer las paces desde el primer día de su presidencia. Algunas cosas pueden, sin embargo, cambiar como resultado de la jornada que hoy se ha vivido en la ONU. Uno de los méritos de Abbas ha sido el de exponer con nitidez que este no es un asunto en el que haya que tener en cuenta derechos humanos, terrorismo o democracia. Abbas ha dejado clara la renuncia de su pueblo a la violencia y ha asegurado que "el Estado que queremos es un Estado donde regirá el imperio de la ley, la democracia, la libertad y la transparencia".

Para Netanyahu, para Obama y para muchos israelíes debía de ser fácil deducir de esas palabras que esta es quizá la última oportunidad de que Israel haga la paz con un Estado palestino democrático y pacífico. La generación que suceda a Abbas en el liderazgo palestino, la generación que tenga que gobernar la frustración que pueda dejar un fracaso en la ONU, no va a volver a la Asamblea General con una rama de olivo en la mano. El primer ministro de Israel ha insistido en su discurso en que "los palestinos tendrán que hacer la paz con Israel si quieren tener un Estado". También Abbas ha hablado de paz, pero mientras en la paz israelí prima la seguridad, en la paz palestina prima el territorio. Abbas ha preguntado al mundo si va a permitir "que Israel nos ocupe para siempre". La representación del mundo, si así entendemos a esta Asamblea General, le ha dicho hoy que no. Pero no es al mundo a quien tiene que preguntarle, sino a Israel.

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