miércoles, 12 de septiembre de 2012

La campaña venezolana echa chispas

Abraham Zamorano


Enfrentamientos
A pedradas se enfrentaron simpatizantes y opositores del gobierno venezolano.
Las aguas corrían turbulentas en la campaña electoral venezolana desde hace días. Parecía que iba a bastar una chispa para que brotara la violencia y así fue. Este miércoles en la localidad de Puerto Cabello, amenazas e insultos dieron paso a pedradas y golpes.
Varios centenares de simpatizantes oficialistas y un número sensiblemente inferior de opositores protagonizaron un fuerte encontronazo que, pese a que antes ya había habido conatos de violencia, sí parece marcar un hito en el devenir de la campaña al dejar al menos 14 heridos.
A menos de un mes de las elecciones, la campaña aparece cada vez más caldeada. Esta vez, el problema fue que el candidato opositor, Henrique Capriles, pretendía realizar una marcha por un municipio que gobierna el oficialismo, mientras simpatizantes del aspirante a la relección, Hugo Chávez, acudieron a manifestarle su rechazo.
Ambos grupos se concentraron a las afueras del aeropuerto, donde debía aterrizar el candidato. Cuando BBC Mundo llegó al lugar, ya ardía una camioneta del equipo de campaña de Capriles y las piedras llovían de uno y otro lado. Desde el aeródromo los opositores, desde el otro lado de la autopista los chavistas.

"Vejaron a mi hija"

Eso, hasta que los oficialistas entraron virtualmente a la carga hacia la instalación aeroportuaria. La mayoría de los opositores huyó en desbandada, pero unos pocos quedaron rezagados. Entre ellos la estudiante Catia Rojas Sandoval.
"A mí hija la golpearon y la robaron. Qué es lo que esperamos. Siento impotencia, porque es mi hija la que está toda golpeada"
Blanca Sandoval, simpatizante de Capriles
La joven fue agredida por dos docenas de chavistas que le rasgaron la ropa y la patearon en el suelo, ya en plena pista del aeropuerto. En ese momento fue que la ira del grupo se dirigió hacia un colaborador de la agencia AFP que estaba fotografiando el incidente.
Pese a que fue identificado como miembro de la prensa internacional por este mismo corresponsal, los chavistas comenzaron a exigirle la memoria de la cámara, conscientes de que había retratado la agresión.
Sin tiempo a negociar, le empezaron a llover los golpes. Paradójicamente, el sujeto que había iniciado el incidente arrancándole al fotógrafo su acreditación del cuello, fue el que luego trató de impedir que sus compañeros continuaran con la agresión. Pero no sirvió de nada.
A Geraldo Caso lo zarandearon y patearon, no sin antes robarle la cámara. La joven cuya agresión estaba retratando incluso trató de ayudar al reportero. Horas después, su madre se acercó a los periodistas que cubrían el acto de Capriles.
"A mí hija la golpearon y la robaron. Qué es lo que esperamos. Siento impotencia, porque es mi hija la que está toda golpeada, está revolcada. Cómo es posible que me la hayan vejado 20 hombres en el piso", dijo entre lágrimas su madre, Blanca Sandoval.
Desde el Ministerio de Comunicación se pusieron en contacto con miembros de ese medio para anunciar que el propio ministro, Andrés Izarra, estaba haciendo gestiones para tratar de recuperar el equipo.

"Derecho a manifestarse"

El alcalde de Puerto Cabello, el oficialista Rafael Lacava, acusó a los seguidores de Capriles de ser los provocadores del incidente. En declaraciones a la televisión estatal dijo que los suyos habían sido "sorprendidos por una lluvia de piedras y bombas molotov".
Lacava aseguró que los opositores tenían un "grupo de mercenarios contratados para generar zozobra".
enfretamientos
Los simpatizantes de Capriles también lanzaron piedras.
Por su parte, el jefe de campaña de Chávez, Jorge Rodríguez, condenó la violencia y acusó a los opositores de estar detrás. Los seguidores de Chávez "tienen el derecho de protestar y de manifestar libremente", dijo Rodríguez.
Rodríguez acusó además a la policía de Carabobo, que está bajo las órdenes del gobernador opositor Henrique Salas Feo, de atacar a las simpatizantes del gobierno. Este corresponsal no vio a ningún policía intervenir ni aparecer en escena hasta terminados los hechos.
Pese a que los incidentes obligaron a cancelar una marcha que buscaba celebrar Capriles, el opositor sí pudo llevar adelante un acto en el que habló ante cientos de seguidores. "Yo lo señalo directamente, es usted candidato del gobierno, es usted el que quiere ese escenario, es usted el que quiere sembrar el miedo".

Supuestas amenazas

Recientemente, los medios se hicieron eco de unas declaraciones del presidente Chávez en las que hablaba del riesgo de que Venezuela caiga en una guerra civil si su alternativa no es la vencedora en los comicios del 7 de octubre.
Chávez, en conferencia de prensa, se defendió diciendo que "muchas veces se toma un discurso y se descontextualiza para tratar de engañar a la gente, como en este caso de la guerra civil".
"Chávez está amenazando al pueblo con que si pierde viene una guerra civil. Ah, qué falta de ética de quienes dicen eso, políticos y medios que se han convertido en voceros políticos", dijo.
El presidente aseguró que "quien utilizó esa palabra fue David de Lima", un dirigente político oficialista que denunció un supuesto programa oculto de medidas económicas de tinte "neoliberal" y que según el oficialismo, la oposición se niega a reconocer que es su plan de gobierno.
"Sería un verdadero espanto una guerra civil en Venezuela. Hay que recordar la guerra civil española o la centroamericana. Sería el desastre más grande que le puede caer a un país, una guerra entre hermanos (…)", dijo el mandatario.
"Con la gran victoria nuestra, vamos a seguir alejándonos. ‘No que Chávez está amenazando’. Está bien, los que no tienen código de ética tratan de voltear la expresión".

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