miércoles, 14 de marzo de 2012

El mercantilismo de la Reserva Federal de EE.UU.

por James A. Dorn

James A. Dorn es Vice-presidente para Asuntos Académicos de Cato Institute y especialista en China y coautor de China's Future: Constructive Partner or Emerging Threat? (El Futuro de China: ¿Socios Constructivos o Amenaza Emergente?).
La decisión de la Reserva Federal de revelar los pronósticos de tasas de interés a corto plazo pretende esclarecer la política monetaria y tranquilizar a la población. Al mantener la tasa de fondos federales cercana a cero por tres años más, y al cambiar sus valores de de corto a largo plazo, la Reserva Federal pretende estimular la inversión y el crecimiento. El problema es que manipular las tasas de interés y asignar crédito a grupos favorecidos fomenta el mercantilismo, no una economía de libre mercado.

Cómo mejorar la Reserva Federal

por Richard W. Rahn

Richard W. Rahn es Director del Center for Economic Growth y académico asociado al Cato Institute.
Hay un consenso creciente en que la Reserva Federal es un fracaso — y lo es. La Reserva Federal fue establecida para brindar estabilidad de precios y prevenir crisis bancarias periódicas. No ha cumplido ninguna.

El nivel de precios al por mayor en EE.UU. era casi el mismo en 1913, cuando la Reserva Federal fue creada, que en 1793, 120 años antes. Ahora se necesitan22 dólarespara igualar el valor del dólar de 1913. Ha habido más crisis bancarias desde la creación de la Reserva Federal que antes de esta, y ahora parece estamos en un estado casi permanente de crisis bancarias con el concepto de la banca "demasiado grande para quebrar".

Adam Smith, más allá del propio interés

por Javier Paz

Javier Paz cuenta con una maestría en Economía y es columnista de El Deber (Bolivia).
En su artículo "La lógica del propio interés" (El Deber, Bolivia) Alberto Bonadona hace una caracterización tendenciosa y equivocada del pensamiento de Adam Smith. Bonadona dice: “No hay nada que pueda frenar la búsqueda de la propia satisfacción y no hay nada, en la concepción smithiana, que diga por cuál vía lograrlo. No hay prójimo por quien preocuparse, se trata de cada uno por sí mismo. Ni familia ni religión o, mejor dicho, la religión es esa incesante sed de acumulación”. Cualquiera que lee este párrafo y el resto del artículo podría concluir que para Smith solo importaba la acumulación de riqueza, bajo una lógica maquiavélica e incluso criminal. Nada más lejano a la verdad.

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