viernes, 23 de septiembre de 2011

Los frentes abiertos en la Eurozona: ¿cuál es la hoja de ruta para salvar el euro?

euro ojo

A medida que la crisis de deuda se agrava, los líderes europeos buscan a contrarreloj la fórmula mágica que permita restaurar la confianza y ayude a tranquilizar a un mercado con los nervios a flor de piel. Recapitalizar a la banca, emitir eurobonos, flexibilizar el fondo de rescate, y por si fuera poco, vuelta a las rebaja de tipos para animar a una economía cada vez más debilitada.

El problema es que la lucha por la supervivencia del euro tiene demasiados frentes abiertos y no en pocos casos la toma de decisiones va por detrás de los acontecimientos. La Unión Europea debe fijar cuanto antes su hoja de ruta.

Grecia continúa siendo sin duda el foco de atención de los mercados. Bruselas ya ha dicho por activa y por pasiva que no está dispuesta a tolerar su salida de la Eurozona, que sentaría un precedente peligroso entre los países que comparten la moneda única y restaría credibilidad al conjunto.

Pero otra cosa bien distinta sería la quiebra del país heleno. Cada vez más voces admiten que no podrá asumir el pago de toda su deuda y Grecia parece estar abocada a la suspensión de pagos. Al parecer, incluso el propio ministro griego de Finanzas, Evangelos Venizelos, habría reconocido a los miembros de su partido que el default de Grecia es inevitable.

Hasta hace poco, los líderes europeos habían rechazado cualquier posibilidad de que Grecia incumpliera el pago de su deuda. Pero incluso el Banco Central Europeo (BCE) empieza a admitir públicamente esa opción. Tampoco el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetario, Olli Rehn, ha descartado explícitamente la posibilidad de que Grecia caiga en default.

A vueltas con la recapitalización

Mientras la quiebra de Grecia parece cada vez más probable, los "crecientes riesgos" en el sistema financiero ante el devenir de la crisis de deuda ha vuelto a colocar a las entidades financieras en el punto de mira.

Los responsables europeos admiten que tanto las pruebas de estrés a la banca como los acuerdos del Eurogrupo del 21 de julio para reforzar el fondo de rescate "no han sido suficientes para restaurar la confianza". Y el margen de maniobra para afrontar las turbulencias es mucho menor.

El pasado fin de semana, los ministros de Finanzas de la UE llegaron a un "consenso" sobre la necesidad de que la banca europea aumente su capital para poder hacer frente a las actuales turbulencias.

"Lamentablemente, a medida que la deuda pública empeora, más bancos pueden necesitar ser recapitalizados además de los identificados en los test de estrés de julio", advirtió hace tres días el vicepresidente de la Comisión Europea, Joaquín Almunia. Fue el mismo día que un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) aconsejaba que la banca europea se recapitalizara por encima de los mínimos de Basilea III.

Un EUROTARP para salvar la Eurozona

En este contexto, la posibilidad de reforzar el capital de las entidades financieras empleando incluso el dinero del fondo de rescate de la Unión Europea (EFSF, por su siglas en inglés) una vez se ratifique su flexibilización gana cada vez más fuerza.

La idea sería poner en marcha un plan similar al que emprendió Estados Unidos en 2008, conocido como TARP (Troubled Asset Relief Program) con el objetivo de comprar activos y acciones de instituciones financieras con problemas.

De esta forma, además de hacer uso de él para que pueda intervenir en los mercados secundarios, el fondo de rescate financiaría la recapitalización de las instituciones financieras mediante préstamos a los gobiernos, lo que ayudaría a eliminar las dudas del mercado. Esta idea ya se debatió en la cumbre del pasado 21 de julio.

Para ello es necesario ampliar la capacidad real del fondo, fijada en la actualidad en los 440.000 millones de euros. El ministro alemán de finanzas, Wolfgang Schauble, su homólogo belga, Didier Reynders, el gobernador del Banco Central de Holanda, Klaas Knot, o el propio secretario del Tesoro de EEUU, Tim Geithner, son algunos de los políticos que han reclamado la ampliación del fondo de rescate en un intento por garantizar la estabilidad del euro.

¿Qué hay de los eurobonos?

El debate sobre la implantación de los eurobonos como solución para para resolver la crisis de la deuda tampoco ha concluido.

Bruselas admite que su puesta en marcha no sería la panacea, ni implicaría una solución inmediata para todos los problemas que afronta la Eurozona, si bien sería un elemento de aproximación exhaustiva a una mayor integración económica y política".

La Comisión Europea trabaja ya sobre el asunto para presentar una propuesta al respecto en la cumbre que los jefes de Estado o de Gobierno de la UE celebrarán el 17 y 18 de octubre en Bruselas.

No obstante, su implementación cuenta con detractores como la como la canciller alemana, Angela Merkel, quien insiste en que "son una absoluta equivocación".

El último movimiento en este sentido ha llegado de la mano de la vicepresidenta de la Comisión Europea y responsable de Justicia, Viviane Reding. Este viernes ha defendido que los seis países que mantienen la triple A -Francia, Alemania, Luxemburgo, Austria, Finlandia y Países Bajos- creen un mercado común de bonos para garantizar gran liquidez y solvencia como forma de superar la crisis en la Eurozona.

¿Peligra el crecimiento?

El cariz que ha tomado la crisis de deuda en la UE desde agosto ha venido acompañado de una ralentización en el crecimiento que podría obligar al Banco Central Europeo a plantearse un cambio de rumbo en su política monetaria, tras las subidas realizadas en abril (hasta el 1,25%) y en julio (hasta el 1,5%).

La mayoría de los miembros del Consejo en la Sombra (grupo de 15 expertos que asesoran al BCE) recomienda a la institución poner fin a los aumentos de tipos, mientras los analistas de JP piensan que la institución probablemente rebajará los tipos de interés en medio punto en su próxima reunión de octubre.

Haya rebaja o no, lo que parece claro es que podría haber haber nuevas medidas en la reunión del día 6 del próximo mes. ¿Qué alternativas habría a una rebaja de tipos? La reintroducción de préstamos a largo plazo por parte de la institución europea o incluso, la adquisición de deuda corporativa de la banca.

"La compra de bonos bancarios sería muy positiva porque reactivaría la financiación a esas entidades", señala el responsable de la mesa de deuda pública de Ahorro Corporación, Javier Ferrer.

Tampoco hay que olvidar que, en un intento por frenar los ataques espculativos a España e Italia, el organismo que preside Jean-Claude Trichet lleva semanas comprando títulos de deuda pública de estos paises en el mercado secundario.

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