Por eso no debería extrañar que Mahmoud Ahmadinejad llegue este sábado de visita a Venezuela.
Será la quinta visita que el presidente de Irán le hace en los últimos años a Hugo Chávez, a quien Ahmadinejad ha descrito como "mi hermano valiente".
Unidos por los negocios, por ser miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y por compartir una retórica antiimperialista y antiestadounidense, ambos líderes han forjado un vínculo estrecho.
Como es costumbre, Ahmadinejad llega tras dar clic su discurso en la asamblea general de Naciones Unidas.
Este año, ante la ausencia de otros dos dados a la retórica incendiaria (el propio Chávez, quien se recupera de un cáncer) y el libio Muamar Gadafi (en paradero desconocido), fue el encargado de ofrecer palabras polémicas al considerar "misterioso" el ataque del 11 de septiembre en Estados Unidos y de criticar las amenazas que sufren quienes "cuestionan el Holocausto".
En Venezuela la postura parece ser la de obviar las aristas más provocadoras de Ahmadinejad.
BBC Mundo intentó contactarse con Cancillería para obtener un comentario sobre la visita del presidente iraní, pero no había nadie disponible al momento de realizar este reportaje.
En busca de amigos
Visto con recelo en casi todos lados, Ahmadinejad se ha acercado a América Latina en los últimos años.
Es así que hace dos años llegó de gira por Brasil, Bolivia y Venezuela.
Brasil en su afán de posicionarse como un actor de peso en las grandes ligas buscó jugar de mediador en torno al diferendo nuclear iraní.
En 2009 fue recibido por el entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien defendió el derecho de Irán a hacerse de tecnología nuclear con fines pacíficos como asegura Teherán –algo de lo que Occidente desconfía.
Pero Ahmadinejad, quien ha abogado por la destrucción de Israel, debió escuchar de boca de Lula que el Estado israelí debe coexistir junto a un Estado palestino.
Tanto en Bolivia, cuyo presidente Evo Morales se declara fiel seguidor de Chávez, como en Venezuela, Ahmadinejad va tranquilo de que a sus oídos no llegarán palabras incómodas.
"Ahmadinejad es un paria en la mayor parte del mundo y hoy Venezuela es uno de los pocos países donde todavía es bien recibido", le dice a BBC Mundo, Michael Shifter, presidente del instituto Diálogo Interamericano, con sede en Washington.
"Quiere demostrar -asegura- que puede funcionar en el patio trasero de Estados Unidos, al igual que Estados Unidos tiene una fuerte presencia entre los vecinos de Irán".
Para el ex embajador venezolano y experto en relaciones internacionales Adolfo Taylhardat ambos "se ven como socios en una especie de guerra fría sur-norte para acabar con el imperialismo".
"Las pretensiones -dice por su parte el internacionalista Julián Rivas- no son de conquistar el mundo sino el desarrollo de los pueblos", y defiende que Irán aunque rechazado en Europa, mantiene vínculos y negocios con una veintena de países en África y otros en Medio Oriente y el sudeste asiático.
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Un mundo multipolar
Otra de las razones de la llegada de Ahmadinejad a Venezuela es que el propio Chávez gusta de pasearse por lugares a veces hostiles para la diplomacia occidental tradicional.
Muchos recuerdan la gira que hace dos años hizo el mandatario venezolano por Argelia, Bielorrusia, Irán, Libia, Rusia, Siria y Turkmenistán.
Se enmarca en la intención de su gobierno de diversificar las relaciones políticas y económicas y de construir un mundo multipolar.
De hecho en el "Plan de desarrollo económico y social de la nación 2007-2013" se incluye a Irán, Siria, Bielorrusia y Rusia dentro de una de las "áreas de interés geoestratégicas" a impulsar desde el gobierno.
Críticos de Chávez dicen que el presidente, en su afán de alinearse en un frente antiestadounidense, se acerca a países con dudosos registros en materia de derechos humanos, libertad de expresión y tolerencia con la disidencia.
En la última visita de Chávez a Irán, en octubre de 2010, ambos líderes dijeron estar unidos con el objetivo de cambiar el orden mundial.
"Tanto Chávez y Ahmadinejad tienen la intención de frenar la influencia de Estados Unidos en el mundo. Su alianza es principalmente geopolítica. Ambos líderes se enfrentan a enormes problemas internos que limitan el alcance de su relación", dice Shifter.
En opinión del presidente de Diáologo Interamericano "Chávez se ha vuelto más irrelevante en la política de América Latina en los últimos años", donde asegura que clic ha cobrado protagonismo el llamado Consenso de Brasilia, un término acuñado por el propio Shifter, una fórmula que combina democracia, apertura al capital extranjero y lucha contra la pobreza.
"Su relación con Ahmadinejad hará poco para recuperar su posición en la región", agrega.
Alianzas y negocios
Pero la relación entre los líderes no pasa sólo por compartir el discurso antiestadounidense, sino que en los últimos años ambos países han firmado una serie de acuerdos en diversas áreas.
Esta semana el vicecanciller de Venezuela para Asia, Medio Oriente y Oceanía, Temir Porras, destacó que los "proyectos marchan muy bien".
Son negocios en materia de energía, agricultura, vivienda e infraestructura.
Hay "complementariedad de transferencia de tecnología agrícola, automotriz, colaboración en la producción de alimentos, en el área del gas, son relaciones bastante importantes", dice Rivas.
Sin embargo, para Taylhardat la de Ahmadinejad a Caracas se trata de "una visita más".
"Cada vez que viene firman cientos de acuerdos, uno se pregunta dónde está el resultado", le dice a BBC Mundo.
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