La selección de la transparencia
Alberto
Begné Guerra*
Hay
momentos políticos en los que se reúnen las condiciones propicias para realizar
cambios trascendentes. Muchas veces, por diferentes causas, son
desaprovechados. En nuestro caso, el último se presentó hace 12 años, cuando Vicente
Fox tuvo la oportunidad
histórica de impulsar reformas estructurales con la fuerza de
la legitimidad democrática con la que arribó al poder. Pero la echó por la
borda.
Su frivolidad e ignorancia consumieron
en empeños de relumbrón aquel momento que, con visión de Estado, pudo haber
significado un punto de inflexión en la orientación, las reglas y el ejercicio
del poder público. La alternancia, en efecto, no produjo la transformación de
las estructuras y los intereses del viejo régimen ni delineó un nuevo modelo de
desarrollo a favor del bienestar de la mayoría.
Hoy
estamos nuevamente en un momento propicio para impulsar y concretar reformas
relevantes: concluyó el proceso electoral sin mayor conflicto; el relevo
gubernamental transcurre en un clima de colaboración; los líderes
parlamentarios han mostrado disposición al diálogo; y diversas organizaciones
de la sociedad civil están participando con aportaciones valiosas.
La
agenda es muy amplia y, por ello, es fundamental una buena selección y un
adecuado procesamiento de los asuntos prioritarios. La clave radica en
aprovechar las condiciones señaladas, maximizar los rendimientos del capital
político disponible y minimizar los costos de las negociaciones, las decisiones
y los cambios que, por definición, afectan intereses creados.
Enrique
Peña Nieto ha colocado en primer lugar una iniciativa de fondo en materia de
transparencia y acceso a la información gubernamental. No es casual que así
sea. Su decisión tiene, por una parte, una dimensión simbólica: erradicar la añeja percepción que
asocia al PRI con la corrupción. Pero es también una decisión
con intenciones concretas muy relevantes.
La
evolución de las normas e instituciones en esta materia ha significado un
avance real contra la opacidad y la discrecionalidad; pero el diseño original
estableció limitaciones en sus alcances y desequilibrios en su aplicación,
tanto entre los poderes federales como en los ámbitos locales.
La
iniciativa busca ampliar la esfera de competencia del IFAI, dotarlo de
autonomía constitucional, fortalecer los efectos de sus resoluciones y
homologar criterios, parámetros y sanciones en todos los espacios de la vida
pública.
Esta
iniciativa deberá ser acompañada de otras que, en suma, consoliden un marco
eficaz en materia de transparencia, rendición de cuentas y combate a la
corrupción. Son exigencias fundamentales para avanzar hacia la legalidad y la
gobernabilidad democráticas.
Por
ello creo que la selección de la transparencia es señal de un buen
comienzo
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