El índice de desempleo es ahora del 8.1%, con 43 meses seguidos en los
que se ha situado en el 8% o por encima. Al menos 12.5 millones de
estadounidenses se encuentran actualmente sin trabajo . Sin embargo, el presidente Obama ha estado tratando de convencer a la gente de que él es un presidente creador de empleo.
10 de Septiembre de 2012
El índice de desempleo es ahora del 8.1%, con 43 meses seguidos en
los que se ha situado en el 8% o por encima. Al menos 12.5 millones de
estadounidenses se encuentran actualmente sin trabajo. Sin embargo, el
presidente Obama ha estado tratando de convencer a la gente de que él es
un presidente creador de empleo.¿Se han creado 4.5 millones de nuevos empleos con el presidente Obama, como han afirmado varios oradores esta semana en Charlotte, Carolina del Norte?
Una verificación de los datos muestra que con el presidente Obama, la economía de Estados Unidos ha creado 415,000 empleos netos en el sector privado, menos del 0.2% de los 155 millones de integrantes de la población activa americana. Pero ni siquiera esa estadística refleja completamente la situación, ya que la población activa en sí misma se ha reducido espectacularmente desde que Obama ocupó el cargo. La participación en la población activa está en el 63.5%, su nivel más bajo desde 1981. En otras palabras, una gran cantidad de americanos sencillamente ha dejado de buscar trabajo. Por el contrario, un número significativo de ellos está cobrando un seguro por discapacidad, según una nueva investigación del analista de la Fundación Heritage James Sherk.
De hecho, la proporción de la población adulta con un empleo se ha mantenido estancada durante los dos últimos años. La única razón por la que la tasa de desempleo bajó ligeramente en agosto fue que menos gente buscaba trabajo y por tanto ya no cuentan como desempleados. El porcentaje de personas participantes en la población activa cayó un 0.2%, la misma proporción en la que cayó el índice de desempleo. Como ha explicado Sherk, nos encontramos en la recuperación más lenta en 70 años y la creación de empleo no se ha recuperado desde que la recesión comenzó en 2007.
La economía está tratando de no hundirse y luchando por respirar. Por eso, este es el momento equivocado para subir los impuestos. Aunque con el Armagedón Fiscal cerniéndose sobre la economía, eso es exactamente lo que han propuesto algunos miembros del Congreso. Lo cual sería un error terrible.
La Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) informaba recientemente de que si el Congreso y el presidente no actúan antes de final de año para impedir el Armagedón Fiscal, Estados Unidos tendrá otra recesión entre manos para el año que viene. Habiendo ya 12.5 millones de americanos sin empleo, imagínese con una nueva recesión.
El Armagedón Fiscal, que está previsto que nos alcance el 1 de enero de 2013, será la mayor subida de impuestos de la historia de Estados Unidos. Se trata de una subida de impuestos, en un solo año, de cerca de $500,000 millones que afectará a las empresas, las familias, los jóvenes…en definitiva, su impacto será devastador. La Fundación Heritage ha calculado que una familia de clase media de cuatro miembros verá subir sus impuestos en más de $4,100 sólo el próximo año (vea cómo le afectará a Ud. el “Armagedón Fiscal”).
Si el Congreso y el presidente no impiden el Armagedón Fiscal, la CBO comentó que nuestro problema para el próximo año no será un crecimiento económico lento. En lugar de eso, la economía de Estados Unidos en realidad se contraerá. Y se contraerá un 0.5% mientras que la tasa de desempleo repuntará hasta el 9.1%.
Eso significará incluso más empleos perdidos. El analista de la Fundación Heritage J.D. Foster explica que:
Olvídese de los porcentajes, ¿qué significa eso en pérdida de empleos reales si el presidente Obama y el Congreso no actúan? Significa que casi 1.6 millones más de americanos estarán sin trabajo, además de los 12.8 millones que ahora mismo quieren trabajan pero no encuentran un empleo.Una economía que se contrae y más de un millón de empleos que se van al garete. El país no puede afrontar eso. Ya se ha acabado el tiempo para los discursos políticos. Es el momento de que el Congreso y el presidente hagan lo único que de verdad importa antes de final de año: impedir que suceda una catástrofe económica el Día de Año Nuevo.
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