martes, 25 de septiembre de 2012

Arabia Saudita y Yemen: Un Delicado Equilibrio

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Arabia Saudita, que hace especial hincapié en la estabilidad, parece estar enviando  mensajes contradictorios estos días sobre lo que quiere de su volátil vecino del sur, Yemen.

Por un lado,
el reino está exigiendo que el presidente de Yemen, Ali Abdullah Saleh se haga a un lado después de meses de protestas en contra de sus más de 30 años de gobierno.

Por otro lado, las autoridades saudíes no objetaron públicamente cuando Saleh regresó a Yemen el pasado mes desde Arabia Saudita, donde recibió tres meses de tratamiento médico después de un intento fallido de asesinato.

Las autoridades saudíes y los expertos dicen que el rey Abdullah no tuvo más remedio que devolver a casa a Saleh. Destacan que es el presidente de un país soberano, no un ciudadano de Arabia Saudita sobre quien el rey tiene autoridad.



"Recuerde que hay una gran diferencia entre tener interés en lo que sucede en un país y dictar lo que sucede en ese país", dijo Osama al-Kurdi, un miembro del consejo asesor del rey. "
De ninguna manera iban a evitar que un jefe de Estado regresara a su país. De lo contrario, habría, en mi opinión, una repercusión increíble."

Sin embargo, el reino se aferra a su exigencia de que Saleh deje el poder, dijo Jamal Khashoggi, un ejecutivo de televisión que también es cercano a la familia real.

Dice que el día después de que Saleh se fuera, el rey Abdullah, una vez más hizo un llamamiento a Yemen para adoptar una propuesta redactada por los gobiernos del Consejo de Cooperación del Golfo, o GCC. La propuesta obliga a Saleh a echarse a un lado para que las elecciones a nivel nacional se celebraran poco después.

A cambio, el presidente yemení recibiría inmunidad judicial.

"Él hizo promesas de que regresaría a Yemen para firmar el acuerdo del CCG y para impulsar la reconciliación. Obviamente no lo hizo", dice Khashoggi.

Saleh se escurrió de esa promesa mediante la adición de condiciones insostenibles por su cuenta.

¿Confiando en Saleh para la Estabilidad?

Sin embargo, Arabia Saudita puede estar un poco aliviado de que Saleh esté esperando, dicen algunos analistas. Explican que
los saudíes, al igual que sus homólogos de EE.UU., se han basado en el líder de Yemen para combatir a al-Qaeda y mantener al menos una apariencia de orden en su empobrecida nación.

"Con Arabia Saudita, están caminando por una línea muy delgada en pedir a Saleh echarse a un lado, a sabiendas de que la propia oposición está muy fragmentada", comenta Fernando Carvajal, experto en Yemen de la Universidad de Exeter en Gran Bretaña. Si Saleh se va, dice, Yemen "puede convertirse en un completo caos."

El rey saudí Abdullah ha instado a Saleh a aceptar un acuerdo de transferencia de poder. Sin embargo, al mismo tiempo no pudo evitar que Saleh regresara a Yemen después del tratamiento médico en Arabia Saudita, dijeron las autoridades.

Carvajal y otros dicen que las autoridades saudíes están luchando con qué hacer a continuación. Ellos no quieren que la crisis en Yemen provoque una guerra civil. Tampoco  están encantados con Yemen uniéndose a un creciente número de naciones árabes reemplazando sus dictaduras con democracias que podrían aumentar la presión para la reforma política en Arabia Saudita, dice Carvajal.

"La prioridad para el reino en este momento es cómo podemos parar este tsunami antes de que se propague a través de la Península Arábiga", dice.

Carvajal también señala que un cisma generacional ha surgido dentro de la familia real saudí durante décadas de enfoque en el reino de Yemen, que ayudó a fomentar su dependencia de un vecino más rico y poderoso.

Este enfoque incluye proyectos de fuerte desarrollo, así como millones de dólares en pagos de patrocinio a ciertos líderes tribales para ganar su lealtad y para ayudar a proteger la larga y porosa frontera del reino y compartida con Yemen.

Perspectiva de un Yemen libre.

El analista Khashoggi sostiene que esos pagos no impidieron que al-Qaeda atacara a Arabia Saudita. Tampoco puede Arabia Saudita arreglar la situación por la fuerza como lo hizo con el cercano Bahrein, donde envió tropas, dice.

En Yemen, "se necesita un ejército de la OTAN para estabilizar la situación si se quiere estabilizar la situación. Podríamos terminar con otra Somalia, Dios no lo quiera", dice Khashoggi.

Sin embargo, si las cosas van bien, Arabia Saudita y Yemen podrían beneficiarse de un nuevo enfoque, añade.

"Si en Arabia Saudí siguen teniendo una estrecha relación con Yemen, [y] al mismo tiempo, fomentan un gobierno transparente, un gobierno democrático, un gobierno responsable en Yemen - podrían mejorar la economía de Yemen. Los yemeníes podrían permanecer en Yemen y prosperar en Yemen", dice.

Hani Wafa, editor de un periódico en Riyadh, dice que la violencia en curso y la economía naufragando en Yemen están aumentando el número de los yemeníes que cruzan ilegalmente a Arabia Saudita.

"Están buscando tal vez incluso alimentos, mendigando por un trabajo. Este es un problema para nosotros", dice.

Y ese problema, agrega, podría crecer mucho más.

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