jueves, 13 de septiembre de 2012

Nueva ola de ataques a las embajadas de Estados Unidos

Amy Payne



Grupos de manifestantes irrumpieron hoy en la Embajada de Estados Unidos en Yemen e incendiaron el edificio. Al igual que hizo la turba del martes en Egipto, derribaron la bandera americana. También están circulando informes de una protesta espontánea hoy en Teherán con alrededor de 500 iraníes cantando “Muerte a Estados Unidos”. Mientras tanto, un antiguo mentor de Osama bin Laden pidió a sus seguidores que imitaran lo sucedido en Libia y Egipto.

Tras las muertes del embajador de Estados Unidos en Libia, Christopher Stevens, y de otros tres miembros del personal de la embajada, es lógico el temor a otros ataques contra diplomáticos de Estados Unidos. “Nuestros hombres y mujeres (con y sin uniforme) están ahí cada día, protegiéndonos a nosotros y a nuestros intereses. Y eso hará siempre de ellos un objetivo tentador”, nos recuerda el experto de la Fundación Heritage Jim Carafano, al comentar los ataques en Libia y Egipto. El analista de la Fundación Heritage Jim Phillips comentó en junio acerca de una amplia campaña iraní para asesinar diplomáticos extranjeros, incluidos diplomáticos israelíes y saudíes, en al menos siete países durante 13 meses.
En este momento, la principal prioridad de Estados Unidos es la seguridad de nuestro personal y el presidente Obama ha ordenado aumentar la seguridad en las instalaciones americanas de todo el mundo.
No podemos permitir que los terroristas y los alborotadores dicten las misiones y la política de actuación de Estados Unidos y Washington debe evitar los actos reflejos, tales como retirar la ayuda exterior, antes de conocer la realidad sobre el terreno. Como explicó Phillips, el ataque contra la Embajada de Estados Unidos en Egipto refleja las divisiones internas en ese país. Al mismo tiempo, aunque hay peligrosas facciones antiamericanas en Libia, también hay muchos que aprecian la ayuda de Estados Unidos y que, según algunos informes, lucharon para ayudar a proteger el complejo consular americano antes que de fuera invadido.
Aún quedan demasiadas preguntas por responder sobre los orígenes de los ataques, el estado de la seguridad en las instalaciones de Estados Unidos y las respuestas de los gobiernos anfitriones. Deberíamos tener todos los datos antes de sacar demasiadas conclusiones acerca de lo que sucedió y por qué y mucho menos sobre lo que esto debería implicar para el futuro de la política exterior de Estados Unidos.
Una vez dicho eso, lo sucedido no es motivo para declarar una moratoria en el debate sobre el plan de acción de Estados Unidos en la región. Hay muchos e interesantes asuntos sobre los que debatir.
Por su parte, el presidente Obama ha mostrado de manera constante más entusiasmo a la hora de relacionarse con los regímenes hostiles de Medio Oriente que para proteger los intereses de aliados como Israel. Y ha mostrado más preocupación a la hora de frenar las medidas de Israel que para evitar que Irán obtenga armas nucleares.
De hecho, esta semana, la secretaria de Estado Hillary Clinton dijo que Estados Unidos “no está estableciendo fechas límite” para Irán y que todavía considera que la negociación es “con diferencia el mejor enfoque” para impedir que la república islámica desarrolle armas nucleares. La respuesta pública del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu fue la siguiente: “Aquellos dentro de la comunidad internacional que rechacen poner límites a Irán no tienen derecho moral a alarmarse por lo que haga Israel”.
El presidente Obama empeoró las cosas al declinar una oferta de Netanyahu para reunirse con él cuando este visite Estados Unidos a finales de este mes, a pesar del hecho de que Obama encontró tiempo en su agenda para una aparición en el programa de humor nocturno de David Letterman y para una entrevista con DJ Laz, rapero y figura radiofónica de Miami.
El disfuncional tratamiento de Estados Unidos con Israel e Irán no es el único problema. Desde el Norte de África al África subsahariana, al-Qaeda y sus filiales parecen decididas a crear nuevos Afganistanes. A lo largo del Medio Oriente, la Primavera Árabe dista de ser un asunto finiquitado. Y está claro que las actuales políticas de actuación de Estados Unidos no están funcionando. Así que ya es hora de cambiar el rumbo.

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