domingo, 16 de septiembre de 2012

Marcelo Ebrard, un hombre con visión a futuro

Marcelo Ebrard, un hombre con visión a futuro

Sus colaboradores lo califican como “un genio”, creyente del trabajo en equipo que no teme a los enfrentamientos “le prenden, le emocionan”

Arturo Páramo
CIUDAD DE MÉXICO, 16 de septiembre.- La frase que podría definir a Marcelo Ebrard es “visión a futuro”, asegura uno de los colaboradores que lo ha acompañado en los últimos 30 años. Tal vez por eso parece que no le corre prisa, que puede esperar otros seis años para aspirar a la Presidencia de México.
Cuando era un chico de familia con recursos económicos desahogados, que vivía en el barrio de Chimalistac o en la floreciente Colonia del Valle, sus padres entendían que su segundo hijo destacaría de alguna forma.

Ebrard realizó sus estudios básicos en el Colegio Simón Bolívar y en la Universidad La Salle, donde conoció a quien sería su “brazo derecho” durante su paso por la Jefatura de Gobierno: René Cervera.
El joven Ebrard ingresó en 1977 a El Colegio de México (Colmex) para cursar la carrera de Relaciones Internacionales y es ahí donde su carrera y su vida personal, comenzaron a crecer.
En el Colmex conoció al profesor Manuel Camacho Solís, con quien comenzó a dar forma a aquella teoría del “cuerpo de equipo”, que le ha rendido frutos al paso de tres décadas. Ebrard estudió después una especialidad en administración pública, en París, Francia.
Desde su retorno, inició su trabajo paralelo con Camacho Solís. Lo reclutó como asesor en la Secretaría de Programación y Presupuesto, en la Cámara de Diputados y en la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología, donde Ebrard fue encargado directo del programa de renovación habitacional de la Ciudad de México tras los sismos de 1985. Debía expropiar 4 mil 800 predios, y construir 48 mil viviendas.
En esa enseñanza a marchas forzadas aprendió a negociar con las organizaciones de damnificados encabezadas, entre otros, por René Bejarano y Dolores Padierna.
La Ciudad de México le debe la primera Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Medio Ambiente, que entre otras medidas, estableció el programa Hoy No Circula, que mantiene vigente.
“Era una especie de genio. Todo un tecnócrata”, recordó uno de sus colaboradores de aquellos tiempos.
En 1988, Camacho   Solís asumió la jefatura del Departamento del Distrito Federal, y Ebrard fue nombrado secretario de Gobierno, donde continuó negociando con las organizaciones sociales que con el tiempo formaron al Partido de la Revolución Democrática, organización que tomó el poder en el Distrito Federal en 1997 y que en 2006 postuló a la jefatura de Gobierno al propio Ebrard.
El joven político emergente se fogueó en todos los frentes posibles. En la secretaría general del PRI capitalino abandonó al tricolor siguiendo a Camacho Solís; pasó por el Congreso impulsado por el Partido Verde; aspiró a la Jefatura de Gobierno en 2000 por el Partido del Centro Democrático para declinar a favor de Andrés Manuel López Obrador, y fue designado secretario de Seguridad Pública de la administración del tabasqueño.
Tras el linchamiento de tres policías federales en San Juan Ixtayopan, Tláhuac, fue destituido por Vicente Fox y reinstalado en la Secretaría de Desarrollo Social. Ebrard y López Obrador pactaron desde entonces un apoyo mutuo de largo plazo que aún tiene capítulos por escribirse.
Histórico
Marcelo Ebrard se presentará este lunes por sexta ocasión ante los diputados locales de la Asamblea Legislativa. Será el primer Jefe de Gobierno que cumpla el plazo para el que fue elegido, más obligado que por convicción.
Sus logros no se pueden escatimar. Es el único mexicano que ha logrado ser reconocido como el mejor alcalde del mundo. Su administración, con una Asamblea Legislativa a modo, impulsó y logró aprobar la despenalización del aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo, la Ley de voluntad anticipada (que permite bien morir), y la imposición de la Ley de protección a no fumadores que revolucionó la convivencia entre los capitalinos.
Su gobierno instauró el seguro de desempleo, la beca general a estudiantes de bachillerato, creó el transporte exclusivo para mujeres, los masivos paseos ciclistas, la ampliación del Metrobús y la construcción de la Línea 12 del Metro, además, fue el primer mandatario en usar un auto eléctrico.
Masificó su teoría del “cuerpo de equipo” al crear la Red Ángel, que derivó en el mayor tejido de apoyos sociales de Latinoamérica; instauró las brigadas de protección civil, que en los hechos son los ojos y oídos del gobierno de la ciudad en las calles.
Rompió con el ostracismo de su antecesor y se planteó una ciudad cosmopolita. Apenas ganada la elección de 2006, Ebrard tomó un avión a China con la idea de explorar oportunidades de inversión. Entre 2007 y 2009 salió nueve veces al extranjero.
En 2010 visitó Estados Unidos, e hizo un viaje a Europa. En 2011, fue a Suiza para participar en el Foro Mundial de Davos; también estuvo en Kuwait y Argentina. Este año visitó Puerto Rico e Italia.
Su activismo en el ramo de la ecología, le llevó a ser reconocido como el líder de la Red Global de Ciudades Seguras de la ONU, cargo que asumirá a plenitud una vez que entregue la Jefatura de Gobierno.
Ebrard se aferra a aquella teoría del “cuerpo de equipo” que aprendió en el Colegio de México y le ha rendido frutos, pues Camacho Solís se perfila como el promotor de la conformación de un frente electoral de izquierda que postule a un solo candidato presidencial en 2018, más cercano a la clase media, que no ahuyente a empresarios, con un discurso moderado, y más competitivo electoralmente.
Ebrard será recordado por haberse atrevido a paralizar por completo a una de las urbes más grandes del mundo, la noche del 23 de abril de 2009, a causa de la influenza.
“Fue la decisión más dura que un gobernante puede tomar. Paralizar su ciudad”, confió el secretario de salud Armando Ahued, su funcionario más cercano en aquellos días.
Las pérdidas a largo plazo se estimaron en más de 12 mil millones de pesos. Los datos más recientes del INEGI, sin embargo, señalan que la Ciudad de México pasó esa prueba, pues aporta 14 por ciento del Producto Interno Bruto del país, superando a Nuevo León (12.8) y el Estado de México (11.3).
La imagen del Jefe de Gobierno con cubrebocas en actos públicos dio la vuelta al mundo y fue, además, un gran pretexto para que Ebrard reafirmara su postura de no saludar de mano al presidente Felipe Calderón.
No tan afortunado
La actual administración no ha estado exenta de contingencias que han enfrentado a Ebrard con el gobierno federal, la iglesia y algunos sectores de la ciudadanía que, de acuerdo con sus secretarios, “le prenden, le emocionan, como si los buscara a propósito, lo ve como un gran ajedrez”.
La ciudad, de cualquier forma, le ha pasado factura. El 5 de febrero de 2010, una lluvia “atípica” y malos entendidos entre el gobierno capitalino y la Comisión Nacional del Agua provocaron que el Drenaje Profundo no funcionara y que las aguas negras de Río Churubusco inundaran por varios días la colonia El Arenal.
La historia se repitió el 17 de abril de 2011, cuando el Viaducto Miguel Alemán se anegó hasta desbordarse por primera vez en su historia, inundando decenas de autos y viviendas de las colonias Narvarte y Buenos Aires.
Ebrard ha tenido que retroceder en proyectos como el Trolebús en el Centro Histórico y se ha caracterizado por hacer oídos sordos a los reclamos por los 19 grandes frentes de trabajo abiertos en el DF para construir obras públicas en toda la ciudad. “Dejen que las usen, y dejarán de reclamar”, dice Ebrard a sus colaboradores.
El momento más difícil de su administración, reconoce el propio jefe de Gobierno, ha sido el operativo fallido de la discoteca News Divine del 20 de junio de 2008, que provocó la muerte de 12 personas. El episodio se convirtió, además, en parteaguas en la historia de la ciudad, pues orilló a Ebrard a sustituir al procurador Rodolfo Félix por Miguel Ángel Mancera, quien el próximo 5 de diciembre protestará como Jefe de Gobierno. Se trató de una vuelta de tuerca en su gabinete que sólo el propio Ebrard sabe si fue calculada o fruto de la improvisación.
No sabe estar solo
Marcelo Ebrard ha tenido una vida personal intensa en el sexenio. En 2005, meses antes de que se lanzara a la conquista de la Jefatura de Gobierno, se divorció de Francesca Ramos, madre de sus hijos Francesca, Anne Nicole y Marcelo.
El 8 de julio de 2006, contrajo matrimonio con la actriz Mariagna Prats, de quien se divorció el 4 de abril de 2011. Seis meses después se casó con Rosalinda Bueso, ex embajadora de Honduras. Para ambos fue su tercer enlace nupcial.
Físicamente Ebrard ha cambiado. En el sexenio intentó dejar los anteojos, pero volvió a ellos. Cambió el peinado debido a la caída de pelo. Bajó de peso por la intensa actividad de su precampaña presidencial, pero lo recuperó y de hecho en sus discursos se le escucha agitado.
Lo que mantiene desde joven es el tono arrogante de hablar, su manera de menear la cabeza para enfatizar las palabras, con aire académico.
Expertos en imagen le recomendaron aligerar su apariencia para hacerla más cercana. Menos traje y más camisa sin corbata. Menos guardaespaldas y más cercanía con la gente. Con el anuncio de que el próximo 6 de diciembre inicia su campaña presidencial para 2018, tendrá seis años para construir esa imagen.

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