Ecuador: ¿Comienzo del fin?
El modelo económico histórico en Ecuador
ha sido un híbrido entre mercantilismo y capitalismo. Se lo implementó
desde el nacimiento de la República, cuando se decidió mantener los
monopolios estatales rematados al sector privado, pero se dejó la
libertad para hacer empresa privada. Esta libertad ha sido a medias por
cuanto no ha existido un auténtico mercado. Gradualmente está llegando a
su fin y a cambio está surgiendo un sistema socialista disfrazado,
dedicado a coartar el ámbito de acción de las empresas. Recibí vía email
un proyecto de ley que, por su asombroso contenido, pensé que se
trataba de una broma de mal gusto, por lo que decidí contactar a un
amigo que trabaja en el sector bananero, quien me confirmó su veracidad.
El modelo ecuatoriano de producción y exportación de banano
históricamente ha sido diferente al de los demás países bananeros
latinoamericanos: no hay megahaciendas, ni pocas empresas controlan las
exportaciones; la más grande maneja aproximadamente 11% del total. La
mayor parte de la producción se encuentra en manos de medianos y
pequeños exportadores; hay aproximadamente un centenar de exportadores
activos y más de 200 autorizados. La mayoría de los exportadores, en
algún momento, fueron personas de limitados recursos económicos, las que
con trabajo e iniciativa acumularon capitales. De ser agricultores
pasaron a ser exportadores.
El proyecto en mención propone la
creación de la Empresa Pública Nacional de Comercialización y
Exportación de Banano Ecuatoriano. Ella sería la única autorizada a
comprar la fruta a los productores y venderla a los diferentes
exportadores locales e internacionales. También podría a futuro
exportar directamente. La empresa pública mencionada tendría una
megaestructura con directores, gerentes y agencias en las zonas de
producción bananera. La burocracia continuaría en aumento. Esa ley será
el inicio del fin de la maltrecha economía de mercado en Ecuador. De
hacerse, seguramente otras actividades económicas de exportación
ingresarían al mismo régimen. La corrupción y el chantaje continuarían
en aumento.
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