domingo, 26 de febrero de 2012

Alberto Franceschi: C´est fini le régime


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C´est fini le régime. En francés, para que suene suave y no alarme. SE ACABÓ EL REGIMEN: se dirá en algunos meses, sin dar crédito a quienes lo pronosticaban. Pero es probable que no sea por vía electoral. Más temprano que tarde los partidarios de imponer un “pensamiento único” para la oposición, tendrán que ceder y aceptar disidencias políticas lógicas. Porque se han precipitado, con “la lesión” recurrente, TODOS los debates juntos.
No estamos hablando de divisiones del frente unitario, menos aún ante esta creciente incertidumbre que se cierne sobre el destino nacional que ya, desde la semana entrante, no podrá verse a través de un lente mediocre, repitiendo generalidades y posturas aclamacionistas en nuestro campo contrario al de la sinrazón de gobernar mediante el chantaje del miedo.

Nelson Bocaranda: Perforando la censura roja


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Exactamente hoy se cumplen ocho meses del domingo 26 de junio de 2011 cuando en una página completa de este diario y en mi portal Runrun.es pude perforar la censura total que se había impuesto desde lo más alto del gobierno para esconder las dos operaciones que se le habían practicado al presidente Hugo Chávez en Cuba para extraerle un tumor canceroso.

AP: Salud de Chávez da una oportunidad a Capriles antes de elecciones

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(Foto Afp)
A lo largo de su presidencia, Hugo Chávez ha dependido de su vigor y resistencia: jugando béisbol, hablando por durante horas sin parar y tomando decisiones de manera improvisada mientras recorre Venezuela irradiando energía.
Ahora, justo cuando más podría necesitarlo, un Chávez enfermo tiene frente a sí una campaña de reelección.
Es su rival, Henrique Capriles, quien lanzó una pelota de béisbol con jugadores de la liga infantil y abrazó a sus seguidores mientras Chávez, 18 años mayor que él, desapareció durante el fin de semana para dirigirse a un hospital cubano para que se le extirpara un tumor potencialmente canceroso.

¿Por qué Mises (y no Hayek)?

Autor:

Déjenme empezar con una cita de un artículo que mi viejo amigo Ralph Raico escribió hace unos 15 años:
Ludwig von Mises y F.A. Hayek son ampliamente considerados los más eminentes pensadores liberales clásicos de este siglo. También son los dos economistas austriacos más conocidos. Fueron grandes intelectuales y grandes hombres. Tuve la suerte de tener a ambos como maestros. (…) Aún así, está claro que el mundo los trata de forma muy diferente. A Mises se le negó el Premio Nobel de economía, que ganó Hayek el año siguiente a la muerte de Mises. De Hayek se hacen ocasionalmente antologías y se estudia en cursos universitarios, cuando es imposible evitar un portavoz de la libre empresa; Mises es prácticamente un desconocido para la academia estadounidense. Incluso entre organizaciones que defienden el libre mercado en general, es Hayek el honrado e invocado, mientras que Mises es ignorado o enviado al fondo.

La propiedad de la tierra

Autor:

La tierra se ha poseído tanto colectiva como privadamente. La evidencia revela que en los primeros tiempos, antes de que el hombre aprendiera establecer ciudades, reclamaba territorios de caza y pasto, estableciendo una especie de control colectivo sobre la zona. Era una propiedad colectiva, pues excluía al propietario privado y presumía que todas las cosas de valor encontradas en el territorio habían de usarse para el bien del grupo. Las tribus primitivas prohibían la exclusividad privada de la tierra.

Impuestos

Autor:

¿Nunca han oído decir: “No hay mejor inversión que los impuestos? Vean sólo la cantidad de familias que mantienen y consideren cómo actúa sobre la industria: es una corriente inagotable, es la propia vida”.
Con el fin de combatir esta doctrina, debo referirme a mi anterior refutación. La economía política sabe suficientemente bien que sus argumentos no son tan divertidos que pudiera decirse de ellos, repítalo, por favor. Por tanto ha cambiado el proverbio en su beneficio, convencida de que, en su boca, las repeticiones enseñan.
Las ventajas que defienden los funcionarios son las que se ven. El beneficio que dan a los proveedores es también lo que se ve. Esto ciega a todos.

El mercado se defiende

José Francisco Fernández Belda
El mercado se defiende

Los profesionales de la política suelen ser individuos que en buena parte no tienen oficio y sí mucho beneficio. Para poder seguir ejerciendo de, probablemente, malos administradores, aunque con total seguridad despilfarradores, intentan buscar un enemigo creíble, mejor si es exterior o con reputación dudosa e impersonal, a quien culpar de los desmanes que ellos mismos han provocado.

Mi abuela, esa gran economista

Ignacio M. García Medina
Mi abuela, esa gran economista
Mi abuela vive justo enfrente de la Caja de Ahorros donde tiene depositados precisamente eso, sus ahorros en un plazo fijo. Se pasa parte del tiempo mirando por la ventana, estilo James Stewart en La Ventana Indiscreta pero, afortunadamente, sin estar postrada en una silla de ruedas a pesar de sus dos prótesis de rodilla. Es una nonagenaria entrañable que sabe del funcionamiento de la banca lo mismo que pueda saber de internet, es decir, nada.

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